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-Odio viajar en autobús -Confesé.
-No me vengas a joder con que eres de las que vomita -Dijo Manuel.
-Ammmm... sí lo soy -Reí.
-Te quiero lejos de mí -Dijo.
-Y yo también -Le hizo eco Mauro.
-Y yo -Dijeron Dani y Mia.
-Que buenos amigos tengo -Les giré los ojos.
-Para su suerte te irás conmigo -Me dijo alguien tras de mí.

Lo siguiente que sentí fue como unos brazos rodeaban mi cintura y unos labios besaban mi mejilla, sonreí.

-Cuanto amor -Dijo Mauro.

-Que asco -Dijo Sofía simulando que vomitaba.

Reí y giré para encontrarme con Mateo, quien no dejaba de abrazarme. Hablamos entre todos, llegó el autobús y cómo habíamos mencionado, me fui con Mateo. No supe mucho de lo que sucedió porque apenas arrancó el camión caí en un sueño profundo, había intentado no recargarme en Mateo por la vergüenza. Pero él me abrazó y así fue mientras yo dormía como un bebé.

-Sky, ya llegamos, despierta -Me movieron de lado a lado.

-No -Giré hacia la ventana sin abrir los ojos.

-Dale yaaa -Era una voz de mujer.

Abrí los ojos molesta. Vi a Mateo sentado a mi lado, a Sofía mirándome de pie.

-¿Ahora qué? -Pregunté enfadada.

-Tiene como 10 minutos que llegamos y no te despertabas

-Ups -Reí.

Nos levantamos, al bajar nos encontramos con el hotel, no era muy grande pero estaba a la orilla del mar, no tenía idea de que hacer así que solo seguí a Mateo, él seguía a Sofía.

-Se tienen que registrar, solo quedan ustedes así que ya saben -Guiñó un ojo.

Mateo soltó una carcajada, yo me sonrojé.

-Ya cállate, alta tonta -La empujé.

Ella se rió.

-Estaremos en la piscina, por si nos quieren alcanzar

-Ya vamos, solo nos instalamos

Sofía levantó la ceja, yo me reí y la empujé para que se fuera de ahí de una vez por todas.

-¿Crees en el destino? -Me preguntó Mateo.

-Oh por Dios, cállate -Reí nerviosa.

Me fui hacia el mostrador, llené los papeles y nos dieron la llave de la habitación. Mateo cargaba las maletas mientras que yo caminaba como niña pequeña mirando hacia todos lados hasta que llegamos a la habitación. Era algo grande y tenía dos camas.

-Pido esa -Señalé la que estaba pegada al balcón.

Mateo dejó las cosas sobre la mesa y se acercó a mí. Nos miramos a los ojos.

-¿Qué? -Pregunté confundida.

Sonrió y me besó. Fue algo rápido.

-Hay que arreglarnos

Le sonreí asintiendo con la cabeza.

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Estaba en la piscina riendo con las chicas y tomando, el Sol había caído. No había rastros de Mateo por ningún lado.

Golpe a golpe [Trueno] ((PAUSADA))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora