XXXV

403 33 0
                                    

-Estás muy sonriente -dijo Sofía mirándome

La vi de reojo y sonreí más, yo mordía la tapa de mi pluma mientras "ponía atención" en clase de historia.

-Yo sé que le pasa -Mia habló desde mi otro lado.

La miré y nos reímos.

-¡¿Ya lo hicieron?! -gritó Naomi sin disimular un poco, olvidando que estábamos en clase.

No pude evitar soltar una carcajada junto con las demás.

-Cállate pelotuda -pateé su asiento, estaba delante de mí.

-¿Ya hicieron que, Señorita Naomi?

Nos miramos entre todas y no podíamos parar de reír, tuve que cubrir mi rostro. Todos nos miraban raro, alguno pibes reían porqué habían entendido todo.

-Amm -ella no podía contestar, la risa no se lo permitía-. La tarea, profesor

Él arqueó la ceja sin creerle.

-Ahórrense el castigo y dejen de reír -se giró para seguir escribiendo en la pizarra.

-Pendeja -le estrellé la libreta en su cabeza.

Las clases pasaron con normalidad, Mateo se estaba comportando lindo conmigo: me besaba, abrazaba y mimaba cada que tenía la oportunidad, frente a todos o solos, era encantador. Y así pasó un mes, éramos la pareja de novios más feliz de todo el mundo, sin un problema, sin nadie que nos molestara, todo era perfecto. Quitando el detalle de mi mamá, en todo ese mes yo no me había atrevido a hablar con ella, no quería escuchar sus disculpas patéticas.

-Aún no sé si iré a entrenar -hablé despacio, estábamos caminando los dos por la calle-. Tengo un asunto en casa

-¿Un asunto? -preguntó confundido, no le había contado nada sobre mi mamá.

-Sí, nada importante -miré hacia la acera mientras nos sosteníamos las manos.

-¿Segura, preciosa?

Asentí con la cabeza, ya habíamos llegado a mi casa. Nos detuvimos frente a la puerta.

-Te ves un poco desanimada -agarró mi mentón haciendo que lo mirara-. ¿No quieres ir a mi casa? Sabes que amo tenerte ahí -se acercó a mi oído-. Sobre todo en mi cama

Me hizo reír fuerte.

-Eres un pendejo Mateo -lo abracé.

Él me correspondió el abrazo fuerte mientras reía. Me hacía sentir una felicidad enorme.

-Te amo mucho -le susurré.

-Y yo te amo mucho más Skylar

Me separé y le di un beso, él me correspondió con mucho gusto bajando sus manos a mi cintura.

-Te mando mensaje, sí?

-Sí, sin problema -me sonrió.

-Nos vemos mañana Mateo

-Adiós guapa -me dió un último beso y se fue.

Me quedé de pie en el umbral de mi puerta viendo cómo caminaba dándome la espalda. Solo dió un par de pasos y giró para verme, nos sonreímos y después de eso, él se fue.
Suspiré y entré a mi casa.

-¿Nunca vas a invitar a tu novio a pasar? -preguntó esa voz odiosa.

-No -caminé en dirección a las escaleras.

-¿Y algún día vas a dejar de ser tan hija de puta conmigo?

Me detuve para girar y mirarla.

Golpe a golpe [Trueno] ((PAUSADA))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora