Piel de terciopelo

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—Te dije que era peligroso salir... esa criatura, ¡no se que es realmente!

—Dejó una gélida estela, pude esquivarlo pero sentí su roce, mi piel está helada — llevándose la mano al pecho— ¡mi abuela! , debo ir por ella.

—Escucha, eso que viste, va a buscar las mil maneras para que salgas, es muy probable que haya sido El, emitiendo esa voz. No salgas. — con un tono firme.

— ¿Quién es Tae? ¿ lo conoces? ¿ porqué lo espantaste? ¿ es acaso otra criatura? Dime por favor Kook.
Me dijo que estaba en peligro, ¿ será que sabía que esa cosa estaba cerca? ¡ Kook! Necesito respuestas —desacomodando desesperadamente su pelo con la mano izquierda, caminando de un lado a otro.

—No lo sé, no lo sé . ¿ porqué no duermes?, ¡Tranquilo !

— ¿Dormir? No creo que pueda volver a dormir en mi vida— con la voz todavía angustiada— gracias.

—¿Qué?

—Gracias, siempre intentaste protegerme, me siento un idiota, sí eso me me hubiese alcanzado, no se que sería de mí. Gracias —con sus brazos busca el cuerpo de su compañero para darle un efusivo abrazo.

— ¿Qué haces? Apártate —rechazando la demostración de agradecimiento.

— Lo siento, fue un impulso —con sus ojos cristalizados después del duro episodio.

Un ruido estrepitoso los sorprende generando otra vez terror en el joven de estatura baja.

— Iré a ver —creo que no hace falta que te diga que no salgas ¿ verdad?

—No me dejes solo por favor —juntando sus manos casi rogándole.

—Debo salir — no tardaré.

— ¡Kook!

Después de unos minutos regresa, exhausto, como si hubiese corrido kilómetros, entra y se queda junto a la puerta, mirando hacia la calle mientras sus manos húmedas, tiemblan.
Jimin se había acomodado en su cobertor, la temperatura había descendido abruptamente, el frío fue apoderándose de su delgado cuerpo desprovisto de abrigo alguno, su mandíbula tiritando sería el único sonido ante el silencio nocturno, esa noche no hubo gritos. Kook se aleja de la puerta, el sonido del castañear de dientes de Jimin había cesado.

— ¿Park? — empujando con su pie la zona de las piernas del joven de cabello rubio— ¡ mierda!

Al ver que no reaccionaba, se acercó, Park lucia pálido y con los labios un poco morados, por la presencia de la criatura, la temperatura había descendido más de lo habitual. Kook lo abrigo con su cobertor, comenzó a masajear sus manos tratando de dar calor, movió su cuerpo y se acomodó a su lado, la respiración del inconsciente joven se fue restableciendo poco a poco, sus labios fueron recuperando su color natural, como así también su piel. Su cuerpo comenzó a moverse sintiendo la presencia del mas alto .

—Dijiste que no te gustaba el contacto físico murmurando recuperando la coincidencia — me siento muy débil.

—Tuviste un principio de hipotermia — sin alejarse de él.

—Mi abuela me acurrucada en sus brazos en las noches de invierno cuando era un niño, no teníamos mucho para calefaccionarnos, amaba ver nevar y armar muñecos con ella, tu también te divertias en invierno cuando niño?

—No —con un tono cortante.

—¿Kook, siempre viviste en las calles? ¿Por eso no quieres hablar de ti? Soy un chico de clase media, no sientas vergüenza, tal vez conozcas a mi abuela, ella era voluntaria en los comedores comunitarios, los días que no tenía escuela la acompañaba, ayudando con las distintas actividades. Mi abuela...

CAZADOR DE ALMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora