Un último deseo

204 26 10
                                    

— Kook, ¿la criatura está aquí? —aterrado sujeta el brazo de su compañero.

—No puede entrar, ¡El no puede entrar! iré a ver —impetuoso.

—No, no me dejes solo —tomándolo por la cintura con fuerza, aferrándose a su calor.

Kook toma las pequeñas manos entrelazadas liberándose, voltea quedando frente a Jimin, quien tiritaba asustado.

—No te dejaré solo, tranquilízate ¿sí?, vamos al próximo nivel, buscaremos cobertores, apresurate el frío aumenta, Park, es imposible que esté dentro —observando a su alrededor —

—Tengo mucho frío Kook —temblando mientras su respiración se condensa.

—Ven — tomando su helada mano.

Se dirigen por las escaleras, pisando cautelosamente cada escalón, ingresando al siguiente piso. Kook hace un recorrido visual, para asegurarse de que todo estuviese en orden. Observando una sala vacía con una iluminación tenue, donde podía ver las sillas en donde simuló dormir aquella vez.

—Aquí fue donde nos conocimos Kook —apretando la enorme mano del robusto alado.

—Así es, desde estos ventanales se puede apreciar lo horrible de este lugar —volteando ante unos ojos brillosos, totalmente indefenso.

Entran a un cuarto, rodeados de ropa de cama, Jimin buscaría la mayor cantidad de cobertores para abrigarse. Kook vigila los pasillos. El frío aumentaba al mismo tiempo que su desasociego.

—El nos va a encontar y me va a llevar. Lo sé. Lo puedo ver en tu cara ...Kook—desbordando una ligera lágrima.

— El no puede entrar, debe estar rondando, a unos metros, tampoco puede acercarse tanto. Es imposible, este sitio es sagrado —frunciendo la frente atónito— solo arroja objetos para perturbar.

—Tal vez con la furia que lleva, ya no le importa nada—acercándose—tu no puedes enfrentarlo, El me tomará, El cruzará el portal —cerrando sus ojos atemorizado.

—¿Qué dices? No temas, pronto vendrán por ti, solo tenemos que esperar el amanecer —tratando de convencerse a sí mismo, conoce de lo que es capaz el cazador.

Jimin se acerca a una distancia donde puede ver en los ojos de su compañero, preocupación.

—Kook, no puedes con El, está intentando entrar, voy a caer en sus manos es inevitable, mi último deseo es dar mi primer beso.

—¿Qué?—asombrado.

Jimin toma el rostro del más alto, acarariciando sus mejillas con sus pulgares, cerrando sus ojos, posa sus labios sobre los del confundido joven.

—¡No! ¿ qué haces? eres... sagrado.

—Kook, si lo hacemos ya no vendrá por mi, ya no podrá cruzar el portal, estaremos a salvo y podrás venir conmigo.
.

—Park, yo no puedo ...yo —sintiendo los labios de Jimin.

—Eres el único que puede salvarme, no me interesa ser nada sagrado, solo quiero llegar a mi destino como todos los que pasan por aquí, por favor Kook, por favor, sé que es algo difícil para ti lo que te estoy pidiendo, por favor, no quiero que eso me tome, ¡ Kook! Reacciona por favor —desesperado eleva la voz.

—No puedo, yo... yo nunca lo hice, no puedo—separándose súbitamente.

—Esta bien, no voy a obligarte, después de lo que sufriste, lo siento, realmente lo siento, no quise hacerte sentir mal, trayendo esos malos recuerdos, perdóname. — recostandose cubriéndose con unos gruesos cobertores de color blanco, para no sentir frío, a la vez que sus lágrimas recorrían su rostro.

CAZADOR DE ALMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora