Capítulo 2

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— Merlín ¿Dónde dormiste anoche? ¿Por qué estás semidesnudo? — preguntó Gaius mientras el nombrado entraba en el taller.

— ¿Gaius podes revisarme? Tengo razones para pensar que me hechizaron.

— ¿Alguien te ofreció algo de beber? — cuestionó el curandero mientras observaba a Merlín.

— No. No lo recuerdo. Arturo me ordenó una lista de tareas así que comencé por pulir su armadura. Recuerdo comenzar a limpiarla pero después no recuerdo mucho más. Todo está nublado y confuso. — respondió Merlín tocándose la cabeza tratando de calmar una creciente migraña.

— Creo que estas en lo cierto. Es muy probable que hayas sido hechizado. Te voy a dar un tónico que revelará la naturaleza del hechizo.

Una hora más tarde Merlín estaba tomando el tónico azul que Gaius había preparado. El sirviente miró al médico de la corte y sus ojos se volvieron completamente rosas.

— ¿De qué color se pusieron?

— Rosados.

— ¿Sabes qué tipo de hechizo es?

— No jamás había visto ponerse los ojos de ese color. Será mejor que investigues. No descuides tus obligaciones para con el Rey.

Merlín se paró rápidamente y miró hacia la puerta en señal de pánico.

— ¿Qué sucedió con el Rey?

— Nada es sólo que mientras estaba bajo los efectos del hechizo hice algo… no es malo… sólo que no se cómo se sintió  Arturo al respecto.

— Cuando sepamos que tipo de hechizo es, tienes que decirle que estabas bajo los efectos de la magia.

— Yo quería que lo que pasó pasará pero no así.

— Debes usar tus palabras Merlín. El Rey te aprecia. Lo entenderá.

La investigación le llevó a Merlín toda la tarde pero ahora estaba seguro. La magia utilizada era muy extraña y antigua.

En el libro decía que era extremadamente peligroso porque dependía de los sentimientos involucrados entre las personas. 

Sacaba a la luz los sentimientos más ocultos y los potenciaba de manera que fueran irrefrenables.

Alguien quería hacerles daño. A Arturo y a él.

Era necesario que le dijera la verdad al Rey. No sólo sobre el hechizo si no también sobre su magia. Si Arturo se enteraba que alguien había intentado hacerles daño posiblemente se volvería como su padre.

Agarró el libro donde estaba el hechizo y corrió hacia las cámaras del Rey.

— ¡Arturo! Necesito hablar de algo importante.

— Yo también. Sobre lo que pasó anoche…

— Espera. Quiero decirte algo antes de que hablemos sobre eso. Arturo yo… 

— Señor. La mesa redonda ya está reunida.— interrumpió Sir León entrando por la puerta.

— Gracias León. Ya bajo.

— Arturo esto no puede esperar.

— Merlín. Soy el Rey, no puedo faltar a mis deberes por una charla tonta sobre sentimientos.— respondió Arturo cambiando su semblante a una máscara dura.

— Volveré después para preparar la cama y traer tu cena.

— No. Debes estar durante la reunión de la mesa redonda sirviendo a los presentes.

El HechizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora