Cap.2 « Estoy a tu servicio »

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¿Espera un momento que está haciendo?

El rubio sin pensarlo dos veces, agarro la muñeca de la mujer y le clavo los colmillos de una, dejando rebosar gotas de sangre alrededor y dejándole marca. La mujer se estremeció de dolor al notar su sangre siendo absorbida pero eso no duró mucho, solo con una gota de la sangre de la albina fue lo suficiente para hacerlo retroceder y escupir.

¿Q-Que demonios?

La albina no sabía como actuar, ¿será que su sangre fue demasiado para el vampiro? ¡¿O hasta tal vez se enfermó con solo probarla?! El vampiro no dejaba de toser hasta girarse donde la albina y mirarle con disgusto—Nunca tuve tal sangre mas asquerosa en mi vida, ¡Hasta me dio ganas de vomitar!

¡¿El acaba de beber mi sangre...?!

E-Espera un momento, ¿que pasa si el me mata solo porque mi sangre sepa mal?

La albina seguía temblando, estaba por darle un ataque de ansiedad mientras que el rubio le seguía mirando mal, como si hubiera matado a toda su familia—Si tú sangre sabe tan mal, es imposible que seas humano. ¿Si no eres un vampiro entonces que coño eres?

La albina, al borde de la desesperación, dejaba brotar lágrimas mientras se las intentaba secar—S-Soy una humana, ¡Lo juro!—¿como se supone que pueda sobrevivir con este monstruo?

¿Que debería hacer contigo?—del miedo, la albina se callo al suelo de rodillas, haciendo ruido hueco en el suelo.

¡No quiero morir ¿que debería hacer?!

En la sala solo se podía escuchar los lamentos de la albina mientras que el vampiro seguía pensando que hacer con ella.

Necesito decir algo ¡cualquier cosa!

E-Espera un momento, soy muy responsable...—dijo mientras se secaba la lagrimas y se aclaraba la garganta—Siempre había sido numero uno en cualquier examen que sacaba, mi pasatiempo es leer libros; así que soy buena recitando, soy buena en las tareas casa también...

El vampiro le miraba extrañado, sin saber que era lo que intentaba decir la chica—Oye ¿que estas tardando de decir?

La albina tragó seco, suspiro hondo y dejando su orgullo a un lado se puso a los pies del vampiro—Te podría ser útil, amo.

Por un momento, al vampiro al escuchar "amo" se le había ocurrido varias ideas lujuriosas para hacerle a la chica. Había que reconocerlo, la muchacha era realmente bella y no hablemos sobre su cuerpo, parecía el de una diosa—Hm... ¿Así que soy tu amo, eh?

—Bueno, usted me compro por 130.000 piezas de oro, así que eso le convierte en mi amo.

—Cierto, pague una buena cantidad por ti, ¿pero estás segura de....—la vampiro dejo de hablar, como si una brillante idea se le acaba de pasar por la mente—Oh. Es verdad... se me acaba de ocurrir una idea—dijo haciendo una mueca de malicia—Te venderé.

—¡¿Que?!—la albina al escuchar eso, sintió como si su corazón se le hubiera subido a la garganta, y el pánico vino de nuevo.

—Es mas rápido devolverte a la subasta y recoger mi dinero malgastado.

S-subasta...

Varios recuerdos se le empezaron a venir a la cabeza, como si fuera una bomba explosiva. Recordaba cuando le metieron en esa jaula, el niño gritando y a saber dios adonde acabo, el viejo verde, las miradas que le echaron todos eso depravadores cuando empezó su subasta...

¡No! ¡Otra vez ahí no!

Por favor, seré buena sirviéndole- Yo... soy muy buena limpiando y haciendo la lavandería....

La criada y el vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora