CAPÍTULO 21.

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Se despertó con el olor de huevos y tocino, Ron tardó varios minutos en salir de la cama para ayudar a Draco con el desayuno. Ron vio a Draco en la cocina preparando el desayuno y no pudo evitar la sonrisa.

Sus interacciones eran normales, excepto que cuando Ron se acercó a él, colocó su mano suavemente sobre su costado y se inclinó para besarlo suavemente en la sien, luego se paró junto a el mostrador para sacar los platos. Desayunaron de forma habitual.

El clima seguía siendo terriblemente frío, pero la tarde fue tranquila y comenzaron a trabajar en ayudar a Harry y Hermione desde donde pudieran. Comenzaron a examinar las posibilidades que tenían. Mientras trabajaban en ello, Ron realizó varios hechizos de protección y Draco mantuvo un cuaderno abierto a su lado para registrar sus hallazgos de cómo ayudar a sus aparentes amigos. Draco logró trabajar toda la tarde sin distraerse hasta que Ron le tocó suavemente el hombro y le dijo que la cena estaba lista. Era tarde, su estómago gruñó ruidosamente, había estado tan concentrado que no se dio cuenta lo tarde que era, aunque estaba contenta de haber pasado la tarde productivamente.

—Estoy seguro de que somos un fracaso en esto de la investigación. —Dijo Ron, mientras sostenía su tenedor.

—Estas exagerando —corrigió Draco mostrando su cuaderno de apuntes —logre un avance

—Bueno, tengo que leer un poco sobre eso, sin embargo, honestamente, espero que no sea magia negra —dijo Ron con una mueca —sería increíblemente difícil, peligroso y... rayos de todas maneras no tenemos mucho que perder.

Draco le sonrió ampliamente y empujó suavemente su rodilla debajo de la mesa con la suya.

—Me sorprendes a veces, ¿lo sabes?

Ron le dirigió una sonrisa tímida.

—Sé que todavía no estás seguro —Ron extendió la mano para tomar su mano y la colocó en la mesa, antes de frotar sus dedos sobre sus nudillos. —No voy a pedirte que me sigas de regreso con Harry y Hermione, pero aprecio toda tu ayuda.

La boca de Draco se abrió ligeramente. Él había estado allí, Ron le había pedido que lo hiciera y no se arrepentía de ello, no solo lo hacia por Ron, sino por el mismo.

—Lo sé, quiero que sepas que no me arrepiento, no solo lo hago por ellos, suelo ser un cobarde, pero lo hago por mi madre y por ti, si muero, al menos quiero que me recuerden con otra perspectiva.

—No vas a morir —dijo Ron con firmeza y un poco más fuerte de lo necesario.

—Realmente no lo sabemos —suspiró Draco.

—No te preocupes ahora, me alegro de que estés conmigo, sé que las cosas están un poco locas ahora, lo entiendo, podemos hablar cuando las cosas son menos inciertas, pero nada malo va a pasar.

El corazón de Ron latía dolorosamente en su pecho. Se sentía como si hubiera sido apuñalado en el corazón y sus palabras lo estaban derritiendo, haciéndolo increíblemente triste. Draco estaba dispuesto a aceptar lo que viniera y afrontarlo. Le dieron ganas de arrastrarse por la mesa para besarlo y decirle que lo quería para siempre, le apretó la mano con fuerza mientras le sonreía con tristeza. Deseó poder decirle que les deparaba el destino, pero no estaba seguro de poder hacerlo.

—Gracias —comenzó Draco, sus ojos pasearon por su rostro a su pecho y sintió que su pecho se apretaba. —Sé que probablemente soy frustrante, realmente soy difícil, pero necesito que sepas que lo hago porque me preocupo por ti y mi madre. Más que nada en este mundo, yo solo, estoy preocupado que nuestra relación pueda comprometer la misión de Hermione y Harry y ser una distracción. Y estoy preocupado por hacer compromisos en medio de una guerra, unos que tal vez ni siquiera podamos cumplir. Pero ... no puedo fingir que no tengo sentimientos por ti, Ron te quiero. Quiero estar cerca de ti, si estás de acuerdo con permitir que las cosas sean como son, ser nosotros mismos como se sienta bien, realmente me gustaría. Esto seguirá siendo secreto, quiero que sepas que está bien, si tú, si quieres besarme cuando nadie nos ve.

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