Día 4: "Goddesses AU"

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Era invierno, una de las épocas odiada por algunos y amada por otros.
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in embargo existe la vieja leyenda sobre la reina del invierno. Se dice que es una joven hermosa, piel y cabello tan blanco como la nieve en la luz del Sol, pero sus ojos destacaban de sobre su belleza. Eran un par de zafiros, azules como el cielo y con los cuales aseguraban que cuando los veías directamente encontrarías el paisaje más hermoso que todo lo demás se te haría común.

Sin embargo, la leyenda habla también de como los mortales la volvieron lo que es ahora, la estación que trae muerte y desdicha a todos los demás.
La diosa hace mucho tiempo tuvo un amor, sin embargo, por culpa de la avaricia y celos de los hombres ese amante se vió obligado a abandonar el pueblo por las amenazas de aquellos que deseaban ser los sucesores de aquel poder inimaginable. Sin embargo la diosa no tomó nada de esto bien, lanzando una terrible tormenta helada que devastó el pueblo.
Tiempo después el amante caído volvió a su pueblo para intentar hablar con las personas, pero no encontró más que muerte en aquel valle. Aterrada, el amante huyó a la montaña dónde vivía la diosa, esperando encontrarla a salvó imaginando que atacaron si villa.

Al llegar a la fortaleza dentro de la montaña y abrirse paso encontró a la joven arrodillada frente a la pequeña laguna que había en el centro de la sala, se encontraba llorando pero tenía la mirada perdida en el agua cristalina.
Su amante corrió a un costado y la abrazo, sin embargo una fuerza enorme la apartó de golpe e hizo que se golpeara contra el suelo a unos metros de ella. La diosa se levantó y la miró de reojo, mientras seguían saliendo lágrimas de sus ojos.
—Soy un monstruo, aléjate de aquí

—¡No lo eres! —su voz estaba confusa mientras volvía a acercarse. —¡Tu no sabes lo que dices! ¡Maté a esa gente!

La diosa dejó de escuchar los pasos a su costado durante largos segundos. Entonces la voz de la mortal se escuchó sobre todo el eco. —¡E-eran niños mujeres y hombre! ¡¿Por qué hiciste algo así?!

—No lo entenderías...

—¡Te dije que esperaras hasta que se me ocurriese algo! ¡No debías matar inocentes por no aceptar una maldita pareja de mortal y diosa!

—¡¿Y dejar que su odio a lo diferente se expandiera?! Hay bastantes parejas así, pero ellos solo ven algo anormal y prefieren echarlo a las llamas.— se giró de golpe, notándose el brillo azulado de sus ojos aumentar.
—¡Todo por ser ambas mujeres! No permitiría que esa plaga se distribuyera por el reino.

—¡Eres una asesina! —ahora su odio bajó, mirando de lleno a la chica frente a ella. —¡Ellos solo no estaban listos, pero con el tiempo debían aprender no acabar con ellos como ratas! Toda mi familia...

—Si tanto los quieres vete y no regreses aquí, ya veo a quien has decidido escoger —la diosa volvió a su pose arrodillada, pero ahora más que nunca bajaban agrias lágrimas de sus ojos. —Crei que al fin había encontrado a mi alma gemela, pero veo que me equivoqué —escupío las palabras. —Dos semanas solo pasamos juntas... Escogiste mal... ¡Eres un monstruo!

Apenas se movió por la habitación, tomando una enorme daga de la pared y sin rechistar se abalanzó sobre la diosa. Está sin casi ningún esfuerzo se movió rápidamente, no quería golpear a quien creía amar pero si estaba intentando matarla sería mejor defenderse. No duró demasiado, la mortal se cansaría pronto y la diosa no se inmutó, caminando lentamente hasta la chica para tomarla del cuello y levantarla varios centímetros del suelo. —Todos los humanos son iguales. —aquel amor se vió sepultado en un instante, pero apenas bajó la guardia creyendo su victoria la hoja de hierro sonó llendo a parar casi en su ojo, dejando una terrible herida a lo largo pero no le afectó en su vista.

White Rose Week!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora