Camren ~DESEO PROHIBIDO~

Bienvenida al infierno destino paraíso.

- Puedo ofrecerle algo, ¿señorita...?

- Cabello, yo hmm, tengo una cita —No sueno convencida pero le doy mi mejor sonrisa al hombre.

Me observó por unos segundos tal vez esta pensando. En que hace una chica extraña en una mansión.

- De acuerdo....—dice analizando me de los pies a la cabeza— póngase cómoda vuelvo en un momento.

Supongo que se convenció que soy inofensiva y no pienso robar o matar a alguien aquí adentro.

Tengo miedo de tocar algo, siento que en cualquier instante podría resbalarse de mis manos y juro que ni vendiendo mi alma al mismo diablo podría pagar cada objeto de este lugar.

- Señorita cabello. — Escucho la voz del hombre detrás de mí — La señora la atenderá en su privacidad.- me mira.

Elegante y glamoroso así es este lugar, estoy alucinando con cada detalle.

Comienzo un viaje en elevador y mí boca cae al suelo al darme cuenta que el interior es de cristal el diseño totalmente majestuoso y un candelabro decora el techo con detalles que podría decir son de oro esto a superado mis expectativas...

El sonido de las puertas abriendo me hace caer que he llegado.

- ¿Donde estoy? — pregunto llena de curiosidad al observar el lugar.

- Tome asiento y espera aquí — Es lo que dice antes de desaparecer por un pasillo.

Estoy sola, nerviosa y la falta de luz aumenta mi curiosidad abrí la puerta no hay mucho que observar más que una chimenea algunas velas encendidas, candelabros y un fuerte olor a incienso perfuma el ambiente.

Aunque hay algo más que llama mi atención...

Una mujer, buenos más bien la pintura de sus ojos que miran con tanta intensidad son verdes con un brillo que me hacen sentir tanta pasión al mirarlos mi piel arde y un deseo ansía recorrer mi cuerpo y  adormecerse en mis piernas.

Ella tiene la mirada al frente y juraría que me está observando no sé si asombrarme o comenzar a buscar mi subconsciente son cosas mías o me estoy excitando de solo verla. ¿Quien era ella?

- El deseo de probar lo prohibido.

Un pequeño escalofrío recorre mi espalda y algo más cuando un pequeño roce sobre mis hombros me escandaliza giro torpemente y pierdo la estabilidad en mi pies.

-Es el deseo de lo prohibido- repite  frente a mi.

Allí está ella, mirada asesina que recorre mi cuerpo sin descaro con sus ojos verdes intensos, piel blanca como la porcelana curvas admirables; cubierta por un vestido con tirantes de seda blanco, sencillo pero elegante con un corte al costado de las piernas que deja mucho a la imaginación además dándole un aire muy sensual.

- ¿Se te perdió algo? ...—Se ha dado de cuenta que la estaba observando.

Me mira con una sonrisa maliciosa en sus labios.

Camila... ¿Que estás pensando?  ¿Quieres besarlos?

-Si — Ella suelta una risa y mi piel se eriza. - Soy camila cabello y...

-Lo se —Sus ojos caen sobre mí con tanta intensidad— me hablaron de ti — dice, camina y me observa. —pero yo no creo que usted sea tan buena como me han dicho señorita cabello.

- ¿Disculpa?— me siento un poco ofendida. — y puedo saber que le han dicho señorita...

Guarda silencio, camina hacia una mesa donde hay algunas botellas y vierte un poco de alcohol en un vaso.