Capítulo 12

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HUGO
Estamos por comenzar una nueva clase cuando llaman a la puerta.
-¿Se puede? -Pregunta un chico de pelo negro y ojos claros.
El profesor asiente sin despegar la vista de la pantalla del ordenador y el chico camina hasta la mesa que hay detrás de Eva y de mí, guiñándola al pasar.
Devuelvo la vista a Eva que le responde con una pequeña sonrisa y frunzo el ceño.
-¿Quién es? -La susurro para que solo ella pueda escucharme.
-Es el nuevo. -Responde simplemente.
-Nono, me refiero a que... ¿Tú de qué le conoces?
-Ah, eso. Nos hemos cruzado en la entrada. Es muy agradable y gracioso.
No sé porque sus comentarios me molestan tanto, pero me alejo un poco de ella y centro la vista en el profesor.
Acaba la clase y guardo mis cosas. Eva es más lenta que yo por lo que siempre me toca esperarla.
-¿Vamos al recreo? -Una voz a mis espaldas hace que me gire.
El nuevo. Ruedo los ojos sin poder evitarlo.
Eva me observa dubitativa y yo espero a que se niegue.
-Claro. -Dice finalmente. -Vamos.
Tira de mi manga pero yo me quedo quieto en el sitio.
-Luego nos vemos.
Ella asiente algo confusa por mi tono borde pero camina siguiendo al chico.

-¡Hugo! -Eva se planta frente a mí y yo la esquivo. -Oye.
Tira de mi brazo.
-¿Qué? -La miro.
-¿Cómo qué qué? ¿Por qué me ignoras?
-No sé, tú sabrás.
Sigo andando como si nada y en seguida vuelvo a sentir su tirón.
-Te has enfadado. -Afirma y de otro tirón me gira hacia ella, parándome del todo. -¿Por qué te has enfadado?
-No es contigo. -Miento porque decirla la razón por la que estoy enfadado sería como decirla que me gusta y no quiero que lo sepa.
-¿Entonces?
-Es con el mundo en general, pero no quiero pagarlo contigo.
Ella asiente un poco cortada y el resto del camino a casa es en completo silencio.
No me gusta nada esta nueva relación tan extraña que tenemos ahora pero me tendré que aguantar y acostumbrar.
-Bueno, adiós. -La digo nada más llegar a la puerta de mi casa.
Eva me dedica una pequeña mirada y un gesto con la mano.
Suspiro.
Menuda mierda...
Y pensar que si no la hubiese besado seguramente todo sería muy diferente... Aunque bueno, eso no borraría al nuevo del mapa.
Entro a casa entre pensamiento y pensamiento y cuando llego a mi habitación, miro por la ventana hacia su casa.
Tiene la persiana subida y no hay cortina que obstruya la visión.
Eva está tumbada sobre su cama con el  móvil en la mano y con una amplia sonrisa en la cara.
Bufo y me echo sobre mi cama.
Lo dicho, que menuda mierda.

Evugo - SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora