Capítulo 7

1.4K 46 0
                                    

HUGO
La verdad esque entre unas cosas y otras, la semana se me ha pasado volando y cuando quiero darme cuenta, estamos a viernes.
-Hugo. -La voz irritante de mi madre me saca de mis pensamientos.
-¿Qué quieres, Ana?
-Te he dicho mil veces que soy tu madre y por ende...
Ruedo los ojos y dejo de escucharla.
No me importa nada lo que tenga que decir.
-¿Me estás escuchando?
-¿Eh? Si, si. Claro.
-Pues espero que mañana estés allí.
-¿Allí?
-Si, en la fiesta.
-Ujum...
Se va sin decir nada y yo camino hasta mi habitación, tirando la mochila en un rincón y tumbándome en la cama.
Cuando me quiero dar cuenta, los ojos se me han cerrado y me he quedado profundamente dormido.
Los vuelvo a abrir horas más tarde por escuchar voces y risas.
Miro el reloj. Las 20:00. He dormido por seis largas horas.
Me asomo a la ventana para así poder comprobar de que se tratan esas risas.
Y puedo comprobar cómo Antía y Eva tratan de cerrar la llave de agua que está regando sus plantas.
Sonrío y rápidamente bajo para así poder ayudarlas.
-¡Antía! ¡Vuelve aquí, tramposa!
La niña corre hasta su casa sin siquiera darse la vuelta y cierra la puerta tras de sí.
-Hola.
Eva se sobresalta un poco y yo me acerco más y me agacho frente a ella para así, cerrar la llave, en un movimiento de muñeca.
-No puedo creérmelo. -Se lleva una mano a la cabeza. -Soy una floja.
-Ya veo, ya. -Bromeo y ella me da un golpecito en el hombro. -Bueno, ¿qué?
-¿Qué? -Frunce el ceño.
-¿Al final vienes mañana?
Me mira durante varios segundos que se me hacen eternos y acaba por asentir.
-Perfecto.
-Pero no puedo volver muy tarde y cuando lo haga tienes que acompañarme.
-Obviamente. Créeme, si no fuese por ti, ya me estaría inventando excusas para no ir.
-¿Tan horrible es? -Pregunta con temor.
-Para alguien como yo, sí.
-¿Cómo tú?
-Antisocial, solitario, marginado...
Niega.
-Yo no creo que seas así. Simplemente la gente que te rodea es imbécil y no te dan ganas de socializar con esas personas pero... El heladero, tu padre, Antía, yo... Si fueras antisocial y solitario, no estarías aquí.
Le sonrío.
-Puede que tengas razón.
-La tengo.
Asiento.
Silencio.
-Bueno... -Digo yo sin saber que más decir. -La fiesta empieza a las 22:00, ¿te recojo en...?
-Quedamos donde está tu camioneta. -Me interrumpe.
-La tradición es que vaya a tu casa.
-Sería incómodo con mi madre ahí.
-Esta bien pues... Quedamos ahí. -Señalo mi camioneta. -A las 22:00. Sé puntual.
-Lo seré.
-Está bien.
-¿Hay que arreglarse mucho?
-Aja...
Noto como suspira.
-Pues... No sé qué voy a ponerme.
Me encojo de hombros.
-Estoy seguro de que algo elegante tendrás.
-Tendré que buscarlo... Voy a entrar a cenar antes de que mi madre salga a buscarme. Hasta mañana, Hugo.
Y me dedica una sonrisa que me deja embobado.
Reacciono cuando ya está por entrar a su casa.
-Emmm, si... Hasta mañana, Eva.
Me doy la vuelta y camino hasta llegar a mi casa.

Evugo - SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora