CAPITULO11 PARTE02 TRILLIZOS

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—Esto es totalmente secreto—Ella no sabía cómo continuar—Lira está muy mal ahora. Ella necesita una operación, esto es muy importante. Solo eso puedo decirte por ahora. Además es domingo y los domingos no dejan entrar a nadie al hospital—

—Entonces, ¿Cómo vas a entrar tú? —

—Yo tengo un pase de entrada—

—Está bien, hoy te dejare ir; pero mañana te acompañare—

— ¡Adiós! —

— ¿No vas a almorzar? —

—Ya es tarde. Tengo que irme rápido—Toe sentía que era un poco traidora por contar lo que no debía.

—Chau Toe—

*En las afueras del hospital había un tumulto de gente haciendo un escándalo.

—Déjenos entrar—Grito una señora muy elegante. Parecía de clase alta.

— ¿Qué hará una mujer que es muy rica aquí? —Susurraban los policías que se encontraban deteniendo el pase de las personas.

—Tengo una paciente dentro—Dijo Dayla, mientras intentaban llegar hasta la puerta metiéndose entre la gente—

—Es en vano señora—Dijo un señor—A nadie van a dejar entrar—El señor se retiró sintiendo una gran tristeza de no poder ver a su paciente.

— ¡No puedo creer que nos traten así! —Dayla estaba empezando a enojarse y decidió retirarse del tumulto. Al instante saco su intercomunicador y lo uso como celular­— ¡Hola!

—Daylita. ¿Cómo estás? —Un hombre muy alegre respondía desde el otro lado. Él era morochito— ¡Que gusto saludarte! —

—Hola hermano—Dayla le decía hermano ya que pertenecían a la misma religión.

— ¡Dime! —

— ¿Estas en el hospital? —

— ¿En cuál? — Es que Rogelio era alguien que le gustaba visitar muchos hospitales.

—Mmm...—Dayla empezó a buscar el nombre con la mirada y lo encontró—"Hospital Drew" —

—Sí, hoy estoy aquí—

— ¿Puedes ayudarme a ingresar? —

—Per...—

Dayla lo interrumpió.

—Ya sé que es lo que me vas a decir, pero es muy importante. Mi sobrina está adentro y está muy mal. Por favor—Dijo Dayla rogando que la ayude.

—Veré lo que puedo hacer—

—Muchas gracias—Dayla cortó la llamada y espero unos minutos. Luego un niño la llamo y ella de curiosa fue y alguien la jalo hacia adentro del hospital sin que ella pudiera reaccionar.

— ¡Suéltenme! —Dayla grito del susto.

—Lo siento señora, es que nadie tenía que darse cuenta que usted era la única que estaba entrando—Dijo un joven muy apuesto.

— ¡Mira mi cabello—El cabello de Dayla estaba alborotado debido a la travesía intempestiva que había sucedido.

—Usted se ve hermosa—Aquel joven se retiró.

A los pocos minutos apareció Rogelio con la gran sonrisa que lo caracteriza.

—Hola Dayla—Rogelio se acercó a darle un beso en la mejilla.

— ¿Qué pasó? ¿Quién es ese chico? —Dayla se estaba quejando por lo sucedido—Mira como me dejo el cabello—

—Tu cabello está bien—Rogelio sentía que Dayla exageraba.

LiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora