Una chica de apenas 17 años decide dar un vuelco a su vida. Tras siempre estar sujeta a las estrictas reglas de su familia y hacer lo que siempre se espera de ella. Hinata quien se encuentra harta de las clases particulares y del poco tiempo que pos...
Mi vida no pertenece, es decir ¿Alguna vez me perteneció? ¿Desde cuando soy una prisionera?Cada minuto es una eternidad, mis días pasan sin emoción alguna, no asisto a los clubes de mi secundaria dado a que estoy obligada a tomar clases de piano y danza. Esta ultima ya no me agrada y es normal, mi cuerpo esta cambiando y ya no puedo mantener el equilibro como antes, así que mis clases se han vuelto una verdadera pesadilla. En fin, simplemente odio mi estilo de vida, estoy harta de hacer lo que se espera de mi, estoy aburrida de escuchar la frase "Todo lo que hacemos es para que seas feliz en el futuro", pero yo deseo ser feliz ahora, no en 10 años más, además que hay de mi, qué hay de lo que yo quiero. Esos eran los cuestionamientos de Hinata Hyūga, que se aprontaba a cursar el ultimo año de secundaria, sin pensar que al cumplir los 17 años y tras la propuesta realizada por su padre, respecto a su continuidad de estudios, la harían encontrar una valentía la cual siempre creyó inexistente, y que la llevaría a desafiar el proyecto de vida que su familia había destinado para ella.
Tras su celebración de cumpleaños número 17, su padre (Hiashi Hyuga) la llamo a su despacho para conversar acerca de su futuro, este le indico que una vez terminada la secundaria debería postular a la carrera de medicina en la universidad de Tokio, para así continuar con el legado familiar. La decisión ya había sido tomada sin siquiera tener en cuenta su opinión, sentimientos y menos aún sus preferencias vocacionales. Cuando Hinata intento rebatir la propuesta de su padre, este alzo la voz y tras una mirada fría y desafiante, la cual ella no desearía ni al peor de sus enemigos, fue la gota que rebalsó el vaso. Solo eso le basto para comprender que jamás tendría libertad de elegir, y cuando ya se sentía infelizmente resignada a aceptar aquel destino impuesto, llego una ocurrencia, una esperanza, una luz en la penumbra. Simplemente su idea era digna de un premio nobel y aventurándose a un actuación la cual sería digna de ganar un premio Oscar, cambio su actitud en un abrir y cerrar de ojos, y se mostró con entusiasmo, es más, le propuso a su padre dejar de lado sus clases particulares para así enfocarse de lleno en sus estudios y la rendición de la prueba para el ingreso universitario, lo cual tuvo una sorprendente aceptación por parte de su padre.
Su suerte estaba echada y Hinata conocía mejor que nadie las consecuencias que tendría al develarse aquel engaño, sin embargo, también sabia que de salir todo de acuerdo a lo planeado, lograría por fin su independencia, por lo cual la dicha situación la llevo a maquinar una estrategia para cumplir con su más deseado sueño, y entonces en su corazón nació la añoranza de que algún día su familia la perdonara por aquel engaño en pro de su felicidad.
La sola idea de estudiar en la universidad de Tokio llenaba su corazón de alegría, para ella fue una especie de renacer, nunca había deseado algo con tantas fuerzas, es decir, por supuesto que deseaba ir a aquella universidad, pero su vocación se encontraba bastante lejos de la impuesta por su padre, lo que ella pretendía hacer es estudiar Ingeniería, ella siempre había amado los números, amaba los cálculos mentales, jugar con los cambios de moneda, simplemente se imaginaba haciendo planes y estrategias de negocios a partir de números y las interpretaciones de ellos. Dado esto, es que Hinata haría creer a su familia que rendiría el examen de ingreso para estudiar medicina, cuando en verdad realizaría el de ingreso para la facultad de ingeniería, de esta forma y ya realizada la postulación nada podría detenerla.
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Antes de ingresar al ultimo año de secundaria Hinata, ya no era la misma, y para poder acentuar este sentimiento decidió cortar su larga y azulada cabellera, dejando así, solo dos largos mechones a los lados enmarcando aquel pálido rostro con un flequillo recto, el cual siempre había hecho destacar sus redondos ojos de grises, los que ahora parecían dos hermosas lunas que daban una apariencia inocente a la muchacha, sin embargo, su cuerpo era muy diferente de aquel rostro. Su cuerpo le había hecho sentir bastante incomoda el ultimo tiempo, ella no era ciega y pese a ser bastante distraída podía percatarse que las miradas que antiguamente eran hacia su rostro, ahora se perdían a lo largo de su cuerpo haciéndola sentir insegura, debido a que siempre había sido muy tímida. Esta situación derivo en un cambio en su guardarropa hasta poder obtener aquella seguridad que le faltaba y que pronto se encargaría en obtener. La peliazul comenzó a utilizar vestuario de una dos tallas por sobre la suya a modo de poder disimular su voluptuoso cuerpo y así evitar ser el centro de atención.
Al dar inicio a su ultimo año de secundaria y con una nueva apariencia, la peliazul se hizo de dos amigos inseparables cuyos nombres eran Kiba Inuzuka y Shino Aburame. Ella sabía muy bien que su padre no le daría permiso para distracciones o salidas con amigos aunque prometiera no descuidar sus estudios, por lo que, se excusaba con ir a estudiar a la biblioteca o en casa de sus amigas para poder arrancarse. Hinata no perdía ocasión para poder irse de fiesta, jugar vídeo juegos, ir a ferias e inclusive tener novio. Todo para ella era nuevo y le fascinaba esta nueva realidad, al punto de no comprender como pudo soportar tanto su antiguo estilo de vida, ella al fin se sentía libre y aunque era a costa de un engaño, no faltaba mucho para cumplir su sueño.
En el trascurso de aquel año la pelizaul debió restar algunas horas de sueño a su rutina diaria para no alejarse de sus amigos ni de su anhelado sueño de estudiar, Hinata intento hacer de todo, por lo que en uno de aquellos escapes sintió curiosidad por aprender a tocar guitarra cuando vio a Kiba ensayar, y no dudo en pedirle que fuera su profesor, al poco tiempo la peliazul ya se encontraba cantando mientras tocaba aquel instrumento cada vez que tenia ocasión de arrancarse a casa de Kiba.
Hinata también destinaba parte de su tiempo a su novio Omoi, el cual había conocido a través de Shino en una de sus tantas escapadas de casa, para asistir a una fiesta cuyo anfitrión era un tal Killer Bee el cual hizo algunas rimas raras y sin sentido durante toda la noche, pero pese a ello, la fiesta estuvo bastante animada. Durante toda esa noche Hinata bailo con Omio. Aquel chico de tez bronceada y blancuzca cabellera, había fijado su mirada en la peliazul desde el comienzo, por lo cual, no dudo en sacarla a bailar y tras unas piezas de música lenta y unas cuentas tímidas caricias, robo el primer beso de aquellos tiernos carnosos y rojizos labios. Para Omoi ese beso significo llegar a las nubes, mientras que para Hinata no fue una experiencia muy placentera, ya que, lo encontró algo torpe y pegajozo, sin embargo, no se arrepentía de haberlo hecho debido a la gran curiosidad que le provocaba saber como seria besar a alguien. Satisfecha aquella curiosidad y tras cumplir un poco más de cinco meses de relación, la chica de ojos perlados decidió poner fin a esta, dejando a un Omoi triste pero resignado.
Los meses pasaron tan rápido, que sin siquiera notarlo el plazo había llegado y tras obtener los resultados de la prueba, la peliazul dio un grito de felicidad ya que todo había salido de acuerdo a lo previsto. Hinata con sus 18 años ya cumplidos comenzaría a estudiar la carrera de ingeniería en la universidad de Tokio. Como era de esperarse, esto desato la furia de su padre, quien dijo que su decisión había significado una deshonra para la familia Hyuga, motivo por el cual jamás la apoyaría y de esta forma y sin más, Hinata tomo sus pocas pertenencias y tras despedirse de su hermanita Hanabi, y dar una mirada a sus padres salio de aquella casa que por tantos años se sintió como una prisión.
La postura de su padre no significo una sorpresa para Hinata, sin embargo su problema de colegiatura y estadía se encontraba resuelto, dado a que ella se había ganado una beca completa, ahora solo debía conseguir algún trabajo de medio tiempo para poder cubrir algunos gastos básicos mientras estudiaba.