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Una vez ambos estuvieron en la canoa, Hyunjin se encargó de remar, hasta que finalmente estuvieron un poco lejos de la orilla, solo ellos dos y nadie más, lo que hizo que el corazón del menor se sintiese cálido. Jeongin observó todo a su alrededor completamente anonadado.

Sí, él había visto muchísimas cosas, pues había viajado a muchos países increíbles. Pero, aquello no dejaba de impresionarlo. El lugar era algo distinto a lo que él estaba acostumbrado a visitar y estar con Hyunjin lo hacía aún más lindo y especial para él, porque aquello le demostraba lo mucho que Hyunjin se había esforzado por hacerlo sentir bien.

—¿Te gusta? —Preguntó Hyunjin logrando llamar la atención del menor, quien dirigió sus orbes hacia los del rubio, observándolo con una sonrisa que causó estragos en el corazón del mayor.

Sí, probablemente Jeongin jamás se podría acostumbrar a la belleza de Hyunjin, porque definitivamente cada vez lo sorprendía aún más. Le gustaba admirarlo, demasiado como para lograr comprobar que, Hyunjin no era ningún sueño que él había creado.

Le parecía tan irreal.

—Me gusta. —Afirmó con una enorme y sincera sonrisa, que le fue contagiada al mayor— Oh, Hyung, —Dijo llamando por completo la atención del mayor, quien lo observó con atención— Felix me comentó que no te gustan las tartas ¿Por qué? —Preguntó realmente interesado, porque todo lo que tuviese que ver con Hyunjin, definitivamente le interesaba.

Pero, fue arrepentimiento lo que acompañó a su corazón, al observar como aquella hermosa sonrisa que estaba formada en los labios de Hyunjin, desaparecía por completo, dejando una fina línea en sus labios, para luego bajar la mirada mientras mordía su labio inferior, probablemente incomodo con aquella pregunta, lo que, definitivamente hizo sentir mal al menor. No sabía a qué se debía, pero probablemente había mencionado un tema demasiado sensible para Hyunjin y aquello solo lo hacía sentirse peor. Se reprendió por haber sido tan estúpido y arruinar el lindo ambiente que habían creado, todo por su imprudencia y lastimar el corazón del chico.

Sí, él no negaría que tenía un poco de curiosidad por lo que ocurría, especialmente porque él quería conocer todo acerca de Hyunjin, para no volver a cometer otra idiotez de ese tipo. Sin embargo, él respetaría a Hyunjin y si él no quería contarle, lo entendería a la perfección.

—Hyung, no tienes por qué responder —Dijo acercándose lentamente hasta Hyunjin y sonriéndole cuando el chico levantó la mirada, tratando de aligerar el ambiente tenso que se había formado entre ambos— Personalmente, odio el chocolate. —Mencionó con una mueca que causó una suave sonrisa en los labios del mayor— No hay ninguna razón detrás de ello, solo me parece repugnante.

Hyunjin rió levemente negando enérgicamente, lo que hizo sonreír al menor, al menos había funcionado cambiar de tema.

—¿Cómo puedes odiar el chocolate? ¿Sabes de lo que te pierdes? Es una delicia. —Dijo exagerándolo todo, haciendo sonreír al menor con completa diversión— Solo lo pruebas y entras al mismísimo paraíso. —Aseguró el mayor con convicción y mostrando seguridad en sus ojos.

Jeongin lo miró enarcando las cejas con diversión por la expresión que mantenía en su rostro el mayor, especialmente, porque aquello le parecía tan divertido, siendo que, sus gustos eran tan opuestos, pero la manera en la que, ellos se complementaban era increíble.

—¿En ese paraíso estás tú? —Preguntó con las cejas enarcadas, logrando que el mayor empezara a toser repentinamente. Una sonrisa un poco avergonzada se formó en el rostro del pelirrojo, mientras sentía como sus mejillas se calentaban de la vergüenza por haber dicho algo como aquello— Sigo siendo malos con los piropos ¿Cierto? —Preguntó bajando la mirada, para no seguir observando aquellos orbes que lo miraban con dulzura.

I Have U |Hyunin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora