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No puede decir que recuerda como lo conoció, porque era muy pequeño. Sus memorias de esa época son borrosas, apenas recuerda mucho de lo que sucedió aquel día. Había viajado con sus padres a Estados Unidos para una reunión con una banda de esos lugares, personas que querían “asociarse”, y aparentemente no salió bien.

Recuerda vagamente el ruido de un llanto, pero en contraste vio unos ojos azules brillantes pero carentes de miedo, vacíos en su mayoría. Como si no supiera sentir algo. Sasuke sintió un tirón inmediato hacia él, siendo la primera vez que sentía algo como afinidad hacia alguien que no era su familia. Como un cachorro que era, no estaba muy expuesto a nadie externo, pero aún con los empleados que habían estado desde antes de que él siquiera nazca, no sentía nada parecido.

Era un sentimiento confuso, puesto que no estaba consciente de nada, era apenas un bebé, poco y nada entendía de lo que sucedía a su alrededor, mucho menos con él. Pero el cariño espontáneo se acento con facilidad en su corazón.

A medida que fue creciendo con el rubio el sentimiento se arremolinaba más y más, sintiéndose natural pero diferente de lo que le provocaba su familia. Era un sentimiento extraño, pero no malo.

Por pequeñas cosas como los casi secuestros y casi muertes evitadas por su guardaespaldas personal simplemente hacia que su corazón se sintiera extraño y cálido, casi desbocado en su pecho, pero suponía que tenía que ver con la adrenalina que uno sufría a la hora de vivir una situación en la que podrían haber muerto.

Lo que si recordaba era el cambio en el chico, un día ya no era lo mismo. Naruto se volvió incluso más atento a él, leyéndolo cada vez con más facilidad y tranquilizándolo con tanta maestría que hasta su madre se sorprendía. Era protector, era cuidadoso y era cariñoso con él, todo cuando lo necesitaba, como si el rubio supiera que hacer y cuando hacerlo con solo un pestañeo que notara diferente de Sasuke.

Eso, claramente, no quitaba su lado juguetón y molesto, donde haría todo para sacar al Uchiha de sus cabales y lograr hacer que saliera de su estado estoico de niño rico y mafioso, siempre sabiendo que botones tocar para que dejara salir su niño interno, ese que se había encerrado ante las clases, los problemas y los peligros.

Naruto creo un ambiente seguro para que Sasuke pudiera desenvolverse como el niño que era, sabiendo que no importaba que pasara, el rubio tomaría el control de la situación y lo protegería. Sasuke sentía el peso del mundo en sus hombros siempre, excepto con Naruto, porque el rubio era quien tenía el control, no Sasuke.

Asegurándose de sus comidas, sus clases, sus actividades y las personas con las que pasaba el tiempo, siendo una sombra constante en la cual podía confiar ciegamente, porque Naruto ya había demostrado estar dispuesto a todo por cuidarlo, por evitar que se hiriera con algo.

Pero un día dejó de ser así.

Habían estado tranquilos en su cuarto, Naruto riéndose de las quejas que tenía el pre adolescente sobre sus compañeros, acariciando su cabello y burlándose cariñosamente de él, siempre manteniendo contacto piel a piel porque sabía que a Sasuke le gustaba eso, le gustaba sentirse conectado a alguien.

La puerta se abrió y sus padres entraron, diciéndole al rubio que alguien lo esperaba abajo. Naruto había sonreído hacia él, y luego se inclinó, retirándose.

Su padre se sentó en un sillón, mirándolo con ojos oscuros y serios, mientras su madre se sentaba a su lado, quieta y con una sonrisa de compasión.

I'll protect you || NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora