❝Porque tal vez, tu serás quien me salve. Después de todo, tú eres lo que más amo.❞
Ellos vienen de mundos distintos pero con heridas que necesitan ayuda para sanar. Tal vez, se necesitan el uno al otro más de lo que piensan.
LIBRO UNO TERMINADO
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
No estaba segura de cuánto tiempo había logrado dormir. Por las mañanas mi mente siempre estaba un poco brumosa. Pero no me había despertado mi alarma, y pronto la bruma se fue de mi mente y me senté de golpe. Vi la luz del sol entrar por mi ventana y sabía que era tarde, demasiado tarde.
Medio vestida y con el pelo alborotado salí corriendo de mi habitación hacia la puerta del apartamento. Podría comer algo en la cafetería de la escuela o esperar al almuerzo, no era la primera vez que no desayunaba por quedarme dormida. Estaba abriendo la puerta cuando escuche la voz de mi mejor amigo y compañero de piso.
-Ni te molestes. Llamaron de la universidad, cerraron el laboratorio.
Se que dije que no tenía amigos, pero con Gregorio no me quedaba opción. Era mi roomie y más rápido de lo que me di cuenta, se volvió mi mejor amigo. O mejor dicho, el insistió en convertirse en mi mejor amigo, llegando a todos lados ruidosamente e irrumpiendo en mi vida.
-Muy gracioso, Greg. Necesito irme ya, ciao- le dije acomodándome el mismo abrigo de la noche anterior.
El rodó los ojos mientras le untaba un aguacate a su tostada. Se me hizo agua la boca al solo verlo. Un guacamole acompañado de unos buenos tacos, y una cerveza...
-Es en serio. Checa tus llamadas. No es que lo hayan cerrado, solo que el director de la carrera se enteró que no saliste de ahí por dos días y los intendentes no pudieron limpiar. Le dijeron que parecías un mapache loco- me dijo riendo. No dudaba que fuera verdad porque llevaba semanas sin dormir bien. -El punto es que, no te quieren ver hasta el lunes...
-¿Quién chingados piensa ese...- empecé a insultar, pero Greg no había terminado su reportaje.
-En tu clase del medio día.
Suspiré y me senté en nuestro pequeño comedor. Me esperaba algo así porque no era la primera vez que me prohibían ir a la universidad para que descansara, pero estaba tan cerca de tener buenos resultados que me frustraba demasiado. ¿Qué haría todo un fin de semana? No consideraba que no tuviera vida social, Greg era mi vida social pero los fines de semana eran de ir con su novia.
