Observa

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¿Que hice? ¿Qué hacemos? ¿Que llegaremos a hacer? Acariciando tu cabello, bajando mi pulgar por tu hombro, deslizando mis manos por tu piel. Tu intensa mirada cae sobre mí, expectante. Intimando en el interior del otro nos preguntamos: ¿Que nos hemos hecho?

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Aléjate un poco y dime ¿Qué es lo que ves? Te diré lo que yo veo. Una pareja, en la calidez de un apartamento amoblado con sutileza. Es la residencia de ella, un lugar comprado por sus padres como consecuencia de la universidad. Las ventanas son grandes, y solo tapa la visión unas persianas. No les gusta cerrarlas, la intimidad no es algo que les preocupe. Él está sin ropa, solo viste unos boxers, ella, lleva puesta la camisa que minutos antes desabotonó. Ambos se sientan semidesnudos en el sofá a terminar de ver la película motivo de su reunión. Sonríe el uno al otro, como si fueran dos adolescentes enamorados. Son más que eso, puedo decir que son la evolución de ello. Ahora son adultos, o eso dice en sus identificaciones. Somos adultos. Vamos a la universidad, tenemos pareja, algunos solo vemos las parejas de otros y los demás disfrutan de no tener ni querer una.

Alexey pasa su brazo por el cuello de Aby, la vuelve a abrazar, ninguno de los dos ha quedado satisfecho y lo único que quieren hacer es repetir el círculo vicioso del placer que ha conllevado esta tarde. No se preocupan en cerrar las persianas. Que los vean, es lo que seguramente piensan. Que los sigan viendo.

Me separo del poste de luz, dónde hace una media hora he estado recostado. Guardo mi libro en el maletín y me incorporo. Creo que ha Sido suficiente por el día. Camino calle abajo, imaginando cómo continuarán las cosas y en qué momento han de terminar. Meto las manos en los bolsillos de mi saco, está haciendo frío, pero no llueve. Son las cinco y cuarto, el metro está por pasar, pero no me angustia perderlo. En este mismo itinerario de todas las tardes, siempre llego a tiempo.

Me subo al metro y me siento al lado de un tipo cuarentón. Lee un documento sobre temas diversos del siglo XXI, según su título. No le prestó atención, si fuese alguien con quién se tuviera una buena conversación, le estaría hablando. Saco mi teléfono, espero el sonido avisando que ya vamos a llegar. El transporte no está lleno, pero las personas en el entorno parecen poco agradables, e incluso estúpidas. Una señora me mira, y debe de ser por mi abrigo. Es muy probable que lo que esté pensando sea: Es muy femenino para él, y después, cabe la probabilidad de que regañe a sus hijos y nietos por usar la ropa que quieren. Estoy siendo exagerado, pero es lo que observo. En eso se basa mi existencia, en observar.

Alexey y Aby son lo que más añoro observar. Llevo algunos meses en la rutina de seguir a uno de los dos, me gusta hacerlo, porque me llama la atención y por muchas otras cuestiones en las cuales no puedo pensar sentado en un metro. Pronto se avisará la próxima estación y allí tendré que bajarme. Solo quiero estar en casa y terminar de pulir todo; en pocas horas, el día habría llegado.