Observa

6

—Aby, esto no... no sé cómo llegó allí.

— ¿Entonces dices que no debió llegar allí? —el profesor, que está calificando unas evaluaciones la mira con asombro.

Aby sale del salón con su bolso en la mano después de recoger sus cosas. Todos los seguimos con la mirada. Alexey se levanta, tratando de ir tras ella y el profesor no protesta.

—Espera. —él hala el bolso para traerla hacia sí, pero en el esfuerzo por acercarla, ella tira y casi todo el contenido se esparce en el suelo del pasillo exterior. El reloj sale de primero. El azar no me dejó hace unos minutos esconder el reloj más al interior, y ahora eso me juega una buena partida. Todos nos hacemos los de la vista gorda, a pesar de que él ha dejado de hablar y recoge algo del suelo. —Tú lo tenías. ¿Por qué? —no hay respuesta por parte de ella.

Unos segundos y ninguno de los dos está en el pasillo. En el salón, un murmullo general se forma con chismorreo y suposiciones falsas. Todo está pasando como debe pasar. Es seguro para mí, que el universo nos quiere juntos. Teniendo esto listo, sigue el paso dos.

La jornada termina, y con ella una relación frágil. Nadie ha visto a Alexey o a Aby. Según dicen, ambos se gritaron en la cafetería y luego cada uno salió por caminos diferentes. El mensaje de texto y el ofrecimiento de ayuda es el siguiente punto.

Voy al metro, sonriendo y alegre saludo y entablo conversación con todos, incluso, vuelvo y saludo al policía que esta mañana me ignoró. Subo a mi apartamento y almuerzo rápido. No tengo compromisos en la tarde, no más de los importantes. Me pongo una ropa más cómoda que no incluye camisa sino solo una camisilla. Cojo mi celular y entro primero en el chat de Aby.

"Hola. ¿Todo está bien?" Escribo, y no demoro en obtener una respuesta.

"Todo anda mal. Creo que rompimos. Encontró su reloj en mi bolso y ahora cree que... ¿Puedes venir? Me gustaría contarte mejor."

Sonrío y accedo. Quedamos en encontrarnos en un café bar en media hora. Me visto y practico en el espejo todas las facciones de amigo preocupado que puedo recordar. Es el momento preciso, como buen amigo debo de apoyar siempre a ambas partes. Antes de salir del apartamento, agarro mi celular y escribo.

"¿Alexey, quieres hablar?" Tiene el teléfono a la mano, pues su respuesta llega de inmediato.

"¿En el cerro en dos horas?" Responde. El cerro suele ser el lugar donde va cuando se siente enojado consigo mismo o con todo el mundo. Le doy mi asentimiento y mido el tiempo que tengo entre charlar con una parte: Aby, y llegar a tiempo con la otra: Alexey.