XXIII. RUSH

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— ¿Estás seguro de que nunca habías jugado esto? —preguntó Julián después de terminar otra partida. Creo que ya íbamos por la número 20 después de varias horas pegados a ello, aprovechando los tiempos de carga para comer o ir al baño.

—Lo juro—respondí, entrando nuevamente en la sala del juego, listo para iniciar otra partida, esperando que Julián aceptara la invitación de equipo.

— ¿Entonces por qué eres tan bueno? Me ganaste todas las partidas, después de las dos primeras que parecías un novato. Luego arrasaste con todos los enemigos, dejándome sin protagonismo—se quejó Julián, mostrándome el historial reciente en la pantalla. La verdad es que después de las primeras dos partidas de práctica, entendí rápidamente las mecánicas del juego y empecé a ganar con facilidad.

—Me gustó el juego y le pillé el truco rápido. Soy algo inteligente, aunque no lo creas—me justifiqué, minimizando el hecho de que el juego se me daba tan bien.

—Eso dices tú. A mí me costó semanas aprender a jugar. Hasta me hacían bullying personas que ni conocía—Julián cerró su computadora y la apagó, dejándola sobre el escritorio.

—Bueno, creo que tengo más talento que tú para esto. Tú sabes, algunas personas son más habilidosas que otras—dije, haciendo lo mismo con mi computadora. En algún momento de la noche, también nos habíamos acabado todos los snacks que nos habían traído.

—Presumido. Mejor vamos a dormir—dijo Julián mientras sacaba una colchoneta del armario y me la lanzaba a la cara, aunque por supuesto no logró golpearme.

—Apenas son las 2 de la mañana, ¿no dijiste que querías estar despierto hasta las 3? —me burlé, notando la cara de cansancio de Julián, como si estuviera a punto de quedarse dormido de pie.

—No quiero hacerlo con un presumido como tú—replicó, lanzando una almohada que esta vez sí dejé que me golpeara.

—Tonto—comenté divertido, quitando la almohada de mi cara.

—Voy al baño. Mejor acomódate ahí en el suelo—salió del cuarto, dejándome solo.

Creo que al igual que él también estaba un poco cansado, este había sido un día muy atareado, no solo hablaba de la salida al parque de diversiones, sino lo que había pasado después, no podía creer el dolor de cabeza que me daba pensar en Caroline y lo terca que era, ¡Joder!

Estiré la colchoneta en el suelo y acomodé la almohada a mi gusto. Luego me arropé con la manta, dando la espalda a la cama de Julián. Sentía el sueño acercándose rápidamente.

— ¿Estás cómodo ahí o prefieres dormir conmigo? —preguntó Julián al regresar y apagar las luces. Saltó sobre mí para llegar a su cama.

—Dudo que dormir contigo sea más cómodo que dormir aquí en el suelo. Esto está bien para mí—realmente, no era por temor a que se pusiera cariñoso, sino porque durante la noche Julián solía lanzar patadas y puños mientras dormía, lo cual causaba que me levantara adolorido por la mañana.

—Está bien. Por cierto, tengo una duda—dijo Julián antes de acostarse completamente.

— ¿Qué sucede? —pregunté con un tono algo aburrido.

— ¿Es verdad lo que dijeron mis padres? Eso de que no tienes teléfono porque no te gustan—más que una pregunta, su tono sonaba como si le costara creerlo.

—Es verdad, no me gustan. Tampoco es como si tuviera con quién hablar por teléfono—respondí con cierto cansancio.

—Pero te he visto jugando a veces en un celular. Si no es tuyo, ¿de dónde lo sacaste? —preguntó, ahora confundido.

Trampa Mortal [VIXX][1st Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora