VIII. ¿AMIGOS?

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—Hola Caroline, ¿cómo estás? —Saludó Hongbin con la decencia de alguien educado por reyes, todo lo contrario, a lo que realmente es.

—¿Qué haces aquí? —pregunté exaltada, esto no era bueno.

—No seas grosera, Caroline. Hongbin vino a visitarte y me ayudó con unas cosas que debía mover de la sala a la cocina —me reprendió mi madre, a lo que Hongbin sonrió socarronamente. ¿Acaso ya se había presentado a mi mamá? ¿Por qué ella ya sabía su nombre? Me intrigaba más que tanto le había dicho en este par de minutos.

—Vengo a mis clases, ¿no quedamos en eso? —preguntó aún con la misma decencia. ¡Maldición! ¡Qué buen actor! Sin duda, Hongbin conseguía lo que quería.

—¿Cuáles clases? —preguntó mi madre, mostrando interés en el asunto.

—Considerando las buenas notas de Caroline, se ofreció a ayudarme con mis estudios después de la escuela —se dirigió a mi madre con respeto y una sonrisa de galán de telenovela.

—Entiendo. ¿Este es tu nuevo trabajo, Caroline? —preguntó mi madre, esta vez dirigiéndose a mí.

—Ehm, sí mamá, este es el trabajo del cual te hablaba. Seré profesora de Hongbin después de la escuela —así que este era su plan, maldito demonio, demasiado mañoso.

—¿Entonces te está pagando todo eso por darle clases? Es demasiado —seguía haciendo preguntas, esta vez sorprendida, sacando el sobre de su bolsillo y viendo de nuevo el dinero.

—Sí señora, considerando lo mal que van mis estudios y el esfuerzo que tendrá que hacer Caroline, mis padres decidieron que sería justo que ella recibiera tal pago semanalmente —realmente, hasta yo me sorprendía lo bien que tenía elaborado este falso plan, aparte de esa detestable forma de actuar tan respetuosa que obviamente era todo lo contrario a él.

—¿Tu familia tiene mucho dinero? —preguntó mi madre a Hongbin, aún más sorprendida e interesada en la respuesta.

—No creo que tengamos mucho dinero, señora. Solo tenemos lo suficiente para darnos unos cuantos lujos —respondió, esta vez mirándome a mí, esperando alguna clase de protesta.

—Mamá, ¿por qué no coges el dinero y compras lo que necesites? Yo estaré con Hongbin hablando de nuestras clases, ¿sí? —hablé a mi madre, deteniendo el interrogatorio. No iba a dejar que este demonio se metiera en toda mi vida.

—Ok, vamos Dylan al supermercado, cuídense —respondió mi madre, saliendo con mi hermanito muy felices, como si se hubieran ganado la lotería, cosa que era cercana, dejándome sola con Hongbin en casa.

—Bien, ¿por qué estás aquí? —inmediatamente lancé la pregunta a Hongbin, el cual cambió su expresión de respeto a una divertida más inclinándose a burlesca.

—Pues debías tener una excusa para el dinero. Se me ocurrió esta idea y pensé que sería emocionante para los dos, así podemos pasar más tiempo junticos y conocernos más a fondo —me respondió con una gran sonrisa divertida, al menos para él.

—¡No tienes por qué acercarte a mi familia, ya tengo bastante con solo 2 días ya me hayas molestado tanto! —le grité, saliendo de la cocina y dirigiéndome a la escalera.

—Si lo que te preocupa es que le haga daño a tu familia, eso no sucederá. No me interesa tu familia para nada, solo me interesas tú —dijo siguiéndome para detenerse en la entrada de esta.

—Como si fuera a confiar en ti —comencé a subir la escalera.

—Te entiendo, pero deberías darme una oportunidad. Deja todas esas leyendas urbanas. La verdad, si quisiera hacerte daño desde el principio, lo habría hecho, pero eso no es lo que quiero —dijo Hongbin mientras se dirigía a la escalera, quedándose en el primer escalón.

Trampa Mortal [VIXX][1st Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora