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╭━─━─━─━─━─━─━╮❛¿ᴅᴜᴏ?❜╰━─━─━─━─━─━─━╯

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❛¿ᴅᴜᴏ?❜
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FALTABAN dos días exactos para que fuera Navidad, y los alumnos presentes en el castillo se encontraban en el gran comedor; hablando sobre qué esperaban de regalos y otras cosas... lo cierto era que el lugar estaba más vacío, no había la misma energía que antes... se diría que el lugar se apagaba, con algunos alumnos la chispa se perdía, era como si fueran el centro. Aún Gwendolen estaba mayormente sola, nunca pensó que estaría tan así... desde que ingresó a la escuela pensó que siempre estaría su amiga para donde ella estuviera, sin falta, pero ahora la pelirroja no veía a nadie de su lado; y cada noche se iba a la sala de su casa para no ir a su habitación y sentirse más sola de lo que se sentía. No entendía el porqué su abuela no podía buscarla, o su abuelo incluso, ambos estaban en perfecto estado para pasar las fiestas con su nieta. Pero ahí estaba, desayunando de manera solitaria... hasta que tocaron su hombro.

— Hola, ¿puedo sentarme? — Saludó un pelinegro, Tom Riddle, mientras esperaba una respuesta de parte de su contraria.

— Supongo. — Respondió de manera simple. — Dudo que se siente alguien.

El chico sólo hizo destacar una leve sonrisa y se sentó. — ¿Por qué tan sola?

— No te importa, Riddle.

— Claro que me importa, es la razón por la cual te lo pregunto. — Intentó convencer.

— No gastes saliva hablando conmigo. Es una pérdida de tiempo. — Cambió el tema la chica. — Tienes mejores cosas que hacer.

— Algo que tengo que hacer es hablar contigo... pelirroja, ¿qué sabes de la cámara de los secretos?

La mencionada tragó saliva mientras que apretaba los puños de sus frías manos. — No sé de qué me hablas.

— De hecho, sabes perfectamente de que te hablo, ¿y si haces memoria? — Metía presión.

— No intentes intimidarme, no intentes saber algo... vete a la mierda.

Y con eso dicho la pelirroja se levantó y se fue de el lugar en donde se encontraba, para la próxima se hizo acordar de que no debía hablar con el chico pelinegro... aunque lo que sabía es que aquel se había enterado de que la chica estaba acorde a la situación, de que contaba con información que quizá al chico le interesaría. Aunque no pudo pensar tanto, pues, los pasos de alguien detrás de ella se escuchaban a la mínima distancia en la cual estaban; y no pudo caminar más porque aquel Riddle había tomado fuertemente su brazo, acto seguido acorralandola contra la pared a su contraria, -la cual intentaba correr pero era detenida-. Mientras intentaba pegarle, usar su varita, pero fue en vano.

— Será mejor que me sueltes, Riddle. — Ordenó con tono amenazante.

— Lo que va a ser mejor será que me digas todo lo que saber, Gwen, no quiero dañarte... sabes que Abraxas me mataría.

sʟʏᴛʜᴇʀɪɴ ǫᴜᴇᴇɴ | Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora