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TWO

La boda de Daenerys Targaryen había dado lugar en un prado más allá de las murallas de Pentos; debido a que entre las creencias de los dothrakis, decían que todo acontecimiento importante en la vida de un hombre debía celebrarse a cielo abierto. Khal Drogo había llamado a su khalasar en ese día, y acudieron tantas personas que, Vhaena aseguraba que ni teniendo un día podría terminar de contarlas.

De reojo podía observar una sonrisa ladeada en el rostro de su tío Viserys, quizás visualizando a según sus palabras, —futuro ejército— tomando Desembarco del Rey, mientras él esperaba montando en su caballo esperando que le sirvieran aquel Trono del que tanto hablaba, en bandeja de plata. Frente a ella se encontraban los recién casados, a su lado derecho del otro extremo el magíster Illyrio, y para su mala fortuna, Viserys en el centro; el dragón vestía una túnica de lana negra que lucía un dragón escarlata en el centro, mientras que ella lucía un vestido pastel que le llegaba a los talones. Los cinco estaban sobre una superficie plana de madera que habían montado los esclavos previamente, los mismos quienes les ofrecían trozos de carne cada cierto tiempo. Sin embargo; la Princesa Vhaena sólo negaba levemente con la cabeza esperando que Viserys no se molestara por ese pequeño gesto, pero a él parecía pasarla desapercibida, ya que sólo se dedicaba a mirar cada pequeño detalle atentamente.

—Necesitamos comenzar a planear la invasión —comentó Viserys mirando a Illyrio. Llevándose la atención de la joven que se encontraba a su lado.

—Confía en mi. Si el Khal te ha prometido una corona, la tendrás —respondió el magíster.

—Si, pero, ¿cuándo?

—Cuando sus presagios sean favorables a la guerra —replicó Illyrio dejando escapar una risita a través de la barba, pero Viserys ni siquiera sonrió.

—Me meo en los presagios de los dothrakis —bramó el platinado con impaciencia—. El Usurpador ocupa el trono de mi padre. ¿Hasta cuándo más habré de esperar para recuperarlo?

La atención a sus acompañantes se desvió en cuanto el ambiente frente a ella comenzó a cambiar, la mujeres comenzaron a bailar de una manera que nunca había visto antes, pero que de cierta forma había ido desatando furias y peleas entre los hombres que observaban, los cuales no tardaron en utilizar sus armas para ganar la atención de una mujer. No pasó mucho cuando presenciaron la primera muerte, ocasionado un grito ahogado por parte de Vhaena, al ver tan atroz acto frente a sus ojos, y aquello se repitió un par de veces más mientras los cuerpos caían al ritmo de los tambores.

—Una boda dothraki sin al menos tres muertes se considera aburrida, mi Princesa —dijo el magíster al ver a la joven de cabellos plateados tratando de cubrir su rostro con ambas manos, siendo impedida por Viserys, el cual las bajó bruscamente, obligándola a mirar.

Una de esas peleas se desató a su lado, sus ojos violetas no dejaban de moverse; siguiendo cada movimiento y pasos, atemorízada. Y en un intento desesperado de un guerrero por matar al otro hombre, lanzó su arma afilada, quien en su rápido recorrido, pasó rosando la mejilla de Vhaena, ella quedó inmóvil y desconcertada. Miró al hombre que la veía fijamente sorprendido por lo que acababa de suceder, y sólo reaccionó cuando una mano rodeó el cuello de aquel desconocido guerrero dothraki frente a ella al tiempo en que un cuchillo le abría la garganta, acto seguido, su cuerpo inerte yacía en el la arena.