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- Chat, ayudame...Estoy cansada de todo esto... - La mano de Chat Noir continuo la caricio con ternura. Se estaba derrumbando, toda su determinación se estaba aguando en una inmensa tristeza.
-Se que lo estas, yo tambien mi pequeña bugaboo- El muchacho esbozó una sonrisa cálida dejando atrás toda postura defensiva.
"Etteniram ni siquiera ha sido capaz de llamarte por un nombre diferente al de Ladybug ¿no te hace hervir de furia? Te dice a la cara que quiere a la chica bajo la mascara sin embargo sigue llamandote asi"
Suspiró ante esas palabras que renovaban sus ganas de venganza.
- Lo siento gatito , pero tu tambien estarias mejor sin la máscara - Sujetó la mano enguantada por un instante más contra su mejilla justo antes de que Chat retrocediera lentamente retirando su mano y volviendo a su postura defensiva inicial.
- Lo siento por ti, si la situación hubiera sido otra te habría ayudado igual que tu me has ayudado a mi en otras ocasiones, realmente me entristece saber que llevas tiempo sintiéndote así y no hayas considerado hablarme de ello. - Ella atacó a desgana al tiempo que lo hacía el chico pero ambos fallaron queriendo hacerlo, para cuando quiso volver a atacar el chico se había ido de su visita. Era hora de moverse, sabía que había iniciado el final de su akumatizacion y no sabía cómo sentirse al respecto .
Miró al cielo encapotado mientras comenzaba a caminar.
Suspiró sintiéndo su mundo tambalearse. Había ido muy lejos, había hecho preguntas de las que no quería respuestas, había hecho daño a inocentes.
Acarició con suavidad la rosa de su pecho que inmediatamente se abrió a su máxima floración haciendo que el resto de las personas afectadas les sucediera lo mismo, las rosas se abrieron todas y cada una extendiendo sus raíces por los cuerpos obteniendo el control de éstos. Poco a poco todos los afectados se levantaron controlados por ella y comenzaron a extender el poder de Etteniram, como una infección, como una horda de zombis tratando de alcanzar todo humano todavía no afectado. Todos debían estar a solas con sus miedos, todos debían ver lo pesada que era esa mascara
Sus rosas estaban en gran parte de París.
Chat noir volvió a aparecer, esta vez no venía sólo, venía con el Viperion. Ambos parecían compenetrados y cada uno venía por un lado. Estaban en una calle estrecha por lo que ella prefirió moverse hasta una plaza abierta donde tenía mejor control de los dos héroes y todos sus rosales, que a estas alturas eran más de los que los dos chicos podían manejar solos.

EtteniramDonde viven las historias. Descúbrelo ahora