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Vernon
Hansol recorría aquel palacio completamente asombrado, nunca terminaba de conocer aquel increíble y gran lugar, decidió pasar por la enorme cocina siendo saludado por los cocineros y criados, los cual correspondía con una enorme sonrisa hasta que salió a aquel jardín gigante que solo veía desde su habitación pero no sabía cómo llegar a él, una tos se hizo notar dándose la vuelta y encontrándose a Joshua, su caballero de lecciones de espada y mejor amigo .
—sé que soy tu compañero pero debes entrar y arreglarte para el almuerzo.
El menor puso sus ojos en blanco y lo siguió hasta su habitación, encontrándose a las criadas con la tina llena de agua, Vernon se deshizo de su ropa mientras que las criadas lo lavaban y Joshua estaba sentado a un lado mientras leía un libro. Decidió hacer caso a las criadas con bastante amabilidad, levantándose suavemente mientras lo llenaban con toallas para secar su cuerpo y vestirlo allí mismo, la mayor de las criadas arreglaba aquella camisa con tanto cariño y nostalgia, extrañando a hansol por completo.
—Nana, ¿pasa algo?— preguntó el menor a lo que ella negó rápidamente y tomó el cepillo y se posó detrás de él.
—¿tus padres no te dijeron quienes venían a comer?— preguntó esta vez la mujer mayor quien peinaba con suavidad el cabello del chico.
Ladeó un poco su cabeza con intriga, Joshua al notar eso carraspeó, dejando el libro de vuelta en la silla y situándose junto a él, se suponía que era una sorpresa según sus padres, pero de seguro era una completa desgracia para el pelinegro sentado, quien ya se encontraba listo para bajar al vestíbulo y recibir a las personas que vendrían a comer junto a su familia.
—¿casarán a Sofía y me dejarán como el solterón? —preguntó el chico y Joshua se ahogó con su propia saliva un poco nervioso. —debo admitir que me gustaría casarme, pero soy muy joven para reinar y estar encarcelado con una chica que no me amé.
La risa de las criadas más jóvenes se escuchaban mientras se retiraban de aquella habitación y el suspiro de la mujer mayor dejó a Hansol un poco atónito, alisó los hombros del mayor y con una pequeña reverencia desapareció de la habitación dejando a los dos chicos solos, Hansol parecía procesar todo mientras que Joshua caminaba hacia la puerta dando a entender que el chico se iba a demorar bastante.
—¿me casaré yo?— preguntó inconscientemente observando a su mejor amigo.
El solo asintió apenado mientras que Hansol lo empujaba para poder salir, el mayor se sorprendió al verlo tan relajado y también se sorprendió al ver el trabajo que habían hecho las criadas ante lo elegante que se veía su mejor amigo ya que muy pocas veces se veía así de bien, solo decidió desaparecer de allí.
Hansol solo caminaba a paso rápido para encontrarse a sus padres junto a dos personas completamente desconocidas, pero estaba tan ido que no escucho el de donde provenían, vestían tan bien que le sorprendió bastante. Su madre se acercó a él para acariciar su mejilla con una pequeña sonrisa, sabía que no debía hablar en frente de sus mayores al menos que me cedieran la palabra incluso ahora siendo mayor de edad, estaba a punto de sentarse con ellos cuando sintió unos pequeños golpes en la espalda, dándose la vuelta y observar a su padre.
—¿por qué no vas con la princesa Bradbury, está en el jardín.
Le dio pequeños empujones, sin dejarlo decir alguna palabra y solo decidió ir, tampoco sacaba nada desobedeciendo a su padre así que solo se encaminó hasta el lugar, al caminar en aquel enorme jardín vio una cabellera negra entre los matorrales llamándole la atención por completo, al llegar observó a una hermosa chica con un vestido gris, haciendo que su piel se viera más pálida de lo que ya era junto aquel cabello negro, al escuchar el ruido la chica lo observo asustada notando a aquel chico parado unos metros tras de ella y parándose rápidamente ante aquello, dándole una rápida reverencia a lo que se la devolvió maravillado, sus labios eran tan rojos al igual que sus mejillas, sus ojos eran de un color azul tan fuerte como el mar que había quedado más deslumbrado.
—debe ser el príncipe Chwe— Hansol sentía derretirse ante aquella dulce voz.
—no sé su nombre, princesa bradbury. —habló un poco avergonzado y ella sonrió, observando a aquel chico maravillada.
—me llamo Amelie y usted debe ser Hansol.
Debió haberle creído a su dama de compañía, el amor a primera vista si existía.
Ambos se miraron por unos segundos y decidieron recorrer el palacio del mayor, el silencio incómodo de apoco iba desapareciendo y tanto Hansol como Amelie disfrutaban de la presencia del otro, fueron llamados para cenar y se sorprendió al ver a más chicas sentadas en aquella enorme mesa, Joshua estaba sentado en aquella mesa mientras que hablaba con las chicas bastante maravillado; Hansol decidió sentarse frente a Amelie y al parecer los reyes se dieron cuenta de aquella conexión, ya sabía con quien se casaría su hijo.
—muy bien, decidimos con quien se casara nuestro hijo. —Hansol observó a sus padres con los ojos abiertos. —Hansol tiene una hermosa relación con la pequeña Amelie, si el rey y la reina de Bradbury están de acuerdo podemos llevar la boda lo antes posible.
Ambos chicos se atragantaron con su propia saliva, pero al parecer ninguno de los dos pensaba negar ante aquella propuesta, Hansol y Amelie se habían enamorado, todo el mundo dando un pequeño brindis ante el futuro matrimonio y ambos se dieron una pequeña sonrisa, brindando sus vasos juntos y se miraban completamente enamorados.
