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Joshua
El camino a casa siempre era lento para el chico y últimamente era mucho más cansador con su novia junto a él, a comparación de él la chica la sentía cada vez energética que llegaba a aburrirle; no recordaba con exactitud cuando fue que empezó a sentirse de esa forma hasta que vio la parada de autobús de enfrente, aquella mujer bien vestida que estaba todos los días a la misma hora fumándose un cigarrillo en la parada de autobuses de enfrente le llamaba la atención.
Parecía mucho mayor que él, pero aún así le llamaba la atención por la forma elegante que se veía cada día a las cinco de la tarde, al parecer nunca iba a lograr llamar su atención cuando estaba con su novia o eso era lo que él pensaba. A fin de cuentas no pensaba que una mujer como ella se fijara en un simple universitario de 24 años o eso era lo que Joshua pensaba cada vez que la veía con aquel hermoso flequillo; por lo que ese mismo día decidió dejar a su novia en la puerta de la universidad para después irse a la parada contraria a la que siempre tomaba para verla allí con aquel cigarrillo en la boca.
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Se sentó junto a ella y noto que su cigarro aún no se encontraba prendido, rápidamente lo sacó de su boca para observar sin descaro alguno a Joshua, este se sintió completamente intimidado por la mirada de la mujer pero una pequeña parte de él le gustaba la forma en que ella lo miraba.
—¿por qué estás aquí?— esta vez volvió a poner el cigarrillo en su boca para encenderlo soltando una enorme calada— siempre estás mirándome hasta que te vas en la parada de enfrente.
Él se sintió cohibido al escucharla hablar de aquella forma, pero solo se puso serio y su mirada se fue hasta sus piernas las cuales se movían de forma nerviosa porque no sabía cómo decirle de una forma apropiada que esa mujer le interesaba, porque debía admitirlo, era una mujer de seguro mucho mayor y que también pensaba que debería tener muchísimos hombres con dinero detrás de ella hasta que levantó un poco su mano y observó el costoso anillo que tenía en su dedo anular. Solo quería disculparse y marcharse.
—solo que usted llamaba mi atención. —fue lo único que soltó de sus labios. — me llamo Joshua por cierto.
Volvió a darle una calada a su cigarro y lo lanzó al suelo al ver llegar aquel autobús, parándose de su asiento y quedando frente a Joshua.
—Yo me llamo Jinah y por si te interesa, tengo 30 años. — le guiñó un ojo a Joshua el cual no pudo evitar sonreír nervioso— y si quieres podemos seguir conociéndonos en mi casa.
el autobús llegó y Joshua no lo había pensado dos veces, subiendo junto a ella para dirigirse a cualquier lugar a donde ella fuera.
Pero no vio cómo su novia lo miraba desde la parada de en frente con lágrimas en sus ojos.
