capítulo 8

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La noche había llegado, y Elizabeth y Forysthe estaban demasiado lejos de la próxima aldea, por lo que decidieron, en el medio del bosque, prender una fogata y asentarse en el suelo para pasar la noche.

Forsythe: Hey

Dijo, y se sentó junto a Elizabeth

Elizabeth: Hola

Forsythe la miró. Sabía que algo no iba bien

Forsythe: ¿está todo en orden?

Elizabeth asintió, sin dejar de mirar la fogata. Las llamaradas de fuego que subían y se desdibujan en el cielo.

Forsythe: Vamos, dime. Sé que algo te sucede. No has hablado desde hace horas.

Elizabeth: No tengo nada para decir.

Dijo, ignorándolo.

Forsythe: Elizabeth...

Dijo, tomando las manos de la joven, y haciendo que ésta lo mire. Tenía sus ojos llenos de lágrimas

Forsythe: Dime la verdad. ¿quisiste regresar al palacio?

Elizabeth: No.

Forsythe: Sabes que puedes confiar en mí. Ahora dime qué te sucede

Elizabeth suspiró y se puso de pie, caminando de un lado al otro, nerviosa

Elizabeth: Tu oíste las palabras del guardia. Dijo que-

Forsythe: Tu padre.

Elizabeth asintió entre lagrimas, nerviosa

Elizabeth: ¿y si es cierto? ¿y si de verdad algo malo le ocurrió? ¿y si fue por mi culpa?

Forsythe: Elizabeth, espera.

Forsythe caminó a ella y posó sus manos en las frías mejillas de la joven

Forsythe: Escúchame. No podemos saber eso. No ahora, ni aquí. Pero...escuché que el guardia decía que la noticia no se esparcería hasta que te hallen. Así que...

Elizabeth: No. De ninguna manera regresaré al palacio.

Forsythe: Es la única forma de que sepas la verdad

Elizabeth: Creí que estabas conmigo

Forsythe: Estoy contigo

Elizabeth: ¡no, estás diciéndome que regrese al palacio!

Forsythe: Sólo digo que la única forma en la que se puede saber la verdad es si vas al palacio. Pero sé que eso no es lo que deseas, entonces no te obligaré a ir.

Forsythe volteó y se sentó nuevamente donde estaba antes.

Las horas pasaron y los dos apagaron la fogata para dormir. Pero ninguno de los dos pudo. A unos metros de distancia de Forsythe y acostada en el suelo, Elizabeth miraba las estrellas, mientras enredaba sus dedos en sus cabellos.

Elizabeth: ¿Forsythe? ¿estás dormido?

Forsythe: No.

Dijo, también mirando las estrellas entre la oscuridad tenebrosa

Elizabeth: Estaba pensando y...elegí ir a París.

Forsythe: Qué bien..

Elizabeth: Y....estaba pensando, si quieres venir conmigo.

Forsythe no contestó, pensativo

Elizabeth: Podemos tener una casa...pequeña, pero cómoda y hermosa. La remodelaríamos como quisiéramos

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