Capítulo 3

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No he pegado ojo en toda la noche. Aquella carta me ha quitado el sueño. ¿Qué querría decir: sería una broma o es que de verdad llevo viviendo en una mentira estos últimos años? No lo sé... Tendría que hablar con mi madre pero se marchó pronto con Joe porque hoy celebro una fiesta, por mi cumpleaños. Bueno, creo que intentaré olvidarme de esa carta hasta mañana que vuelva mi madre.

Antes de todo tengo que hacer mis tareas: aspirar, pasar la fregona y limpiar un poco el polvo, todo eso antes de que lleguen mis invitados. Les dije que vinieran a las 7, pero seguro que hasta las 7:30 pasadas no aparecerá nadie...

Estoy preparando los aperitivos cuando llaman a la puerta. Voy a ver quién es, pero no hay nadie, sólo una nota sobre el felpudo. La leo: Aquella noche no solo tu padre tendría que haber muerto. Ya escapaste de mí una vez, no cometeré el mismo error . Un escalofrío recorre mi cuerpo de arriba a abajo. 

Ya no puedo esperar, y llamo a mi madre, pero cómo no, tiene el móvil apagado, así que decido dejarle un whatsapp diciendo que me llame en cuanto pueda.

¡Madre mía! Ya son las 6:30 y aún no me he arreglado. Ya tenía la ropa preparada por lo que no pierdo mucho tiempo. Me pongo unos pitillos, una camiseta de flores que deja mi ombligo a la vista y unos taconazos que he cogido del armario de mi madre. Me echo un poco de rimel y uso la raya de ojos para resaltarlos, además de un poco de brillo para darle vida a mis labios.

Son las 7 y ya están llamando a la puerta. Es Mark. Dios está guapísimo, lleva una camisa, una corbata mal puesta y esos vaqueros que le regalé por su último cumpleaños.

-Buenas tardes, preciosa -me dice mientras me da un beso en la mejilla. Adoro sus cálidos labios cuando se ponen en contacto con mi piel.

-Hola, cerdito - le respondo.

-¿Aún no ha llegado nadie? - me pregunta.

- Qué va - le digo-, tienes el privilegio de ser el primero y ayudarme a terminar de preparar las cosas.

Vamos hacia la despensa para coger las bebidas y llevarlas al salón, pero cuando llegamos allí me arrincona contra la pared. Cada vez está más cerca. Lo vuelve a hacer, vuelve a besarme. Yo respondo a su beso con timidez mientras le acaricio el cuello. Me coge por la cintura sin vacilar, con seguridad y me acerca cada vez más a él.

-¿Alex? - se oye desde el salón. Es Sarah. Cada vez más oportuna hermanita...

-Ya voy - le grito.

Mark y yo nos miramos. Se acerca a mi oreja y me susurra:

-He tenido que esperar mucho para esto... - me vuelve a besar. Esta vez es más breve-, pero ha valido la pena. ¿Por qué este chico tiene que ser tan perfecto joder?

Bueno, Sarah ya se ha ido. Iba a pasar la noche a casa de su ''amigo''. Creo que se llama Víctor. Parece buen chico, pero no lo sé. Casi no lo conozco. Solo sé que es europeo, no me acuerdo si de Polonia o Ucrania, aunque me inclino más por la elección ucraniana.

Son las 7:45, y ya empieza a llegar gente.

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