Onze: De camí a la llar || De camino al hogar

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Los sentidos regresaban poco a poco a él.

sentía un suave y fresco suelo debajo de su espalda.

Una luz cegaba y quemaba poco a poco su rostro.

Y un picotazo de un pollo fue lo que lo despertó de su trance.

- ¡AH! - Se levanto de golpe, quitando el animal de encima- puto pollo, ¡te voy a comer cuando te enganche!

Buscaba enojado sus cosas, pero no estaba su mochila. Sintió el pánico por un momento, estaba rodeado de pocos árboles y un círculo de piedras. Se agacho y miraba como aquel mineral brillaba de los mismos colores que el portal, aunque con menos intensidad.

Unos gruñidos llamaron su atención, y fue ahí donde miro que su mochila estaba rodeada de lobos que buscaban dentro de ella.

- ¡Hey, busquen su propia comida, Payasos! - grito mientras corría para ahuyentarlos, recogió su mochila rápidamente y comprobó que todas sus cosas estuvieran ahí.

Tomo unos panes para alimentarse y siguió caminando sin rumbo, con la esperanza de encontrar algo que lo ayudara en saber dónde estaba.

Después de caminar unos minutos, un pueblo se veía a lo lejos, emocionado empezó a correr hacia las casas, pero al llegar ahí parecía un pueblo fantasma. Las calles y casas estaban solas, parecía que fueron saqueadas, pues tenían pocas cosas dentro de ellas.

Siguió buscando en cada una de ellas algún mapa o una brújula para orientarse, pero no encontró nada. Aunque sin darse por vencido, decidió buscar en la última casa que quedaba a las orillas del pequeño pueblo.

El pelirrojo se acercó con cuidado, pues al lado de la propiedad tenía un pequeño corral con algunos animales. Con miedo y desconfianza, se acercó a la puerta y la golpeó un par de veces.

- ¿Hola?, ¿Hay alguien en casa? - al no recibir respuesta, se fue a asomar por las ventanas, pero no pudo ver mucho por las cortinas que tenían.

- Joder, lo que tengo que hacer por amor - soltó un suspiro y rompió la puerta con una patada.

Entro a la residencia y noto que parecía que la habitaban, tal vez el dueño estaba por aquí. Así que con pasos lentos caminaba por los pasillos y abría las habitaciones con cuidado

Entro a la habitación principal y exploraba curioso toda la habitación; había algunas figuras, discos de videojuegos, algunos posters pegados en las paredes, pero lo que le llamo la atención fue la cantidad de discos de música que había, incluso tenía algunos vinilos.

Entonces miro aquel ropero grande, quería tomar algunas prendas y pasar desapercibido, pero cuando abrió una de las puertas; salió algo pesado.

Se escucho el estruendo por toda la habitación y el ojo verde cerro los ojos por el ruido, miro detrás de él y con asombro contemplaba el objeto; Era una guitarra eléctrica, y por suerte no se había roto.

Soltó el aire de sus pulmones por el alivio, tomo rápidamente el instrumento y lo volvió a guardar. Justo cuando estaba por cerrar la puerta, unos pasos se escuchaban en la sala principal.

-Que cabrones, ¡me dejaron solo por ser gallego! - El sujeto caminaba hacia la cocina, abriendo algunos cajones en busca de comida.

Aunque, por otro lado, cierto aventurero estaba entrando en pánico, tratando de buscar alguna salida para que no lo descubrieran, trataba de salir por las ventanas, pero no tenían ninguna abertura; no tenía de otra más que salir por la puerta.

•Paralelos• || •RebornplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora