Capítulo 3.

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Hace ya una semana que estoy en Córdoba. Desde aquel día en la habitación del hotel, donde parecía que nadie iba a poder separarnos nunca, sólo había visto a Anaju en tres ocasiones, todas con los demás compañeros y siempre sin intercambiar una sola palabra. Lo intentaba, os juro que lo intentaba, pero ella siempre me respondía con monosílabos y sonrisas o, simplemente, fingía no escucharme. 

Al principio pensé que era porque no quería que la gente comentase fotos nuestras, ya que estaba un poco harta del hate por "meterse entre Eva y yo". Por eso, el día que volví a casa de mi madre, estuve toda la noche esperando su llamada. La misma llamada que entraba a mi móvil el segundo día que pasamos en casa tras anunciar el parón del programa. La misma que empezó con un: "Perdón, señorito, pero te echaba de menos".


flashback

La llegada a casa tras la primera parte del concurso no fue fácil. El caos emocional que estábamos viviendo era exagerado y a algunos, se nos juntaron más cosas. En mi caso, al entrar en redes vi una oleada de comentarios despectivos hacia mi llamándome "infiel" y miles de cosas más que, la verdad, no quiero recordar. La cosa no acabó ahí porque, lógicamente, Eva también se vio salpicada por el hate y decidió que lo mejor era distanciarnos y dejar que las cosas se apaciguaran. No la culpaba, por supuesto que no lo hacía, pero mentiría si dijese que no me dolió y, la verdad, también me sentí bastante estúpido por haber hecho, esa misma mañana, un directo explicando cosas que ya no eran reales.

Esa noche estaba tumbado en mi cama, queriendo gritarle al mundo cómo me sentía y sin poder siquiera susurrárselo a una persona. Me sentía sólo, pequeño, vulnerable y estaba empezando a creerme todos los malos comentarios que, aún a esas horas de la noche, seguían llegándome. No podía seguir leyendo esas cosas, no aquel día, por lo que me dispuse a apagar el móvil, pero algo me detuvo.

*videollamada entrante: Anaju*

-Perdón, señorito, pero te echaba de menos. -y aquello fue suficiente para terminar de romperme y lloré, como no había llorado nunca.- Hugo...

-Anaju, todo eso que dicen de mi...

-Hugo, no. No voy a dejar que pases por esto. La gente opina de relaciones ajenas sin tener idea, ¿vale? Sólo tú sabías lo que había entre Aurora y tú.

-Anaju, pero -me interrumpió.

-Ni pero ni nada. Escúchame, vas a dejar de llorar, ¿vale? Porque lo que dice esta gente son todo mentiras, y quien te quiere lo sabe, y eso es suficiente.

-Ya, pues... Eva se lo ha creído, y me ha dejado. -confesé, pero a ella pareció dejarla indiferente, como si ya lo supiese.

-Hugui... Siento decírtelo, pero Eva sabía perfectamente de la existencia de tu relación con Aurora cuando empezásteis a tener algo, era consciente de dónde se metía y si ahora te ha dejado, lo que te ha dicho no es más que una excusa. Sabes que la adoro, pero es así.

-No digas eso... Eva me quiere.

-Claro que te quiere. No digo que no lo haga, pero... Es igual.

-No es igual, Anaju. ¿Qué pasa?

-Aceptas el amor que crees merecer, Hugo. Pero la verdad es que vales mucho más que esto. Hay otras personas que te quieren más, y mejor.

-¿Quién?

Ella vaciló la respuesta unos segundos y, tras un profundo suspiro, habló.

-Yo. - Mis ojos se iluminaron y ella siguió hablando, indicándome que no quería hablar de la confesión que había hecho en ese momento. - Aunque el directo, Hugo... No fue tu mejor idea.

punto ciego || anahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora