Había finalizado mi cena: Una jovial muchacha, quien había caído rápidamente en mi sensual trampa para alimentarme.
Estaba harto de lo fácil que era poner ante mis pies a los humanos, hacerlos llorar e implorar por sus vidas.
Eran patéticos. Sumamente patéticos.
Daban tanta pena.
No tenían la valentía para luchar contra mi, contra la dulce muerte que yo les ofrecía en mis brazos.
Se aterraban al descubrir que, el buen hombre que los invitaría unos tragos, el sensual hombre con el que pasarían una excitante noche o el magnifico hombre de la alta sociedad que les daría una buena compañía, era, en realidad, un vampiro, y quien solo utilizaba todas esas formas para beber el tibio liquido carmesí que les daba vida.
Sentían el miedo correr dentro de sus cuerpos, el latido de sus corazones acelerados, el pánico de morir en manos de algo inhumano, sobrenatural, bello, sensual, perfecto.
Estaba hastiado de todo eso. ¡Necesitaba algo excitante! Algo que no me tuviese miedo, que no llore por esa vida insignificante y estúpida ¡Que luche por lo suyo y que no lloriquee como un niño recién nacido!
Y gracias a Dios, Satán o yo mismo ese algo lo encontré.
Había asistido a una de esas reuniones de la alta sociedad. Me aleje de todo el gentío, y me fui junto a una muchacha a los balcones oscuros, donde, si mirabas hacia abajo, podías ver el agua del mar golpear contra las rocas y podrías sentir la dulce briza del mar golpear contra tu cara. Además de que no había nadie, y seria el lugar perfecto para poder lograr mi propósito.
Como ya dije, me alimente de esa niña (con 16 años, para mi era una niña) hasta matarla y la tira hacia las rocas.
Y fue en ese momento en el que sentí una presencia detrás de mi y al darme la vuelta pude ver la silueta de una mujer ¡Y que mujer!
Me acerque dispuesto a eliminarla, ya que en primer lugar, me podría haber visto (que por lo visto no lo había hecho ya que seguía abstraída en el horizonte), podía haber oído el ruido del cuerpo de la niña al caer contra las rocas (lo que tampoco creía por el gran ruido de las olas) y por ultimo no me había llenado del todo.
Ella se dio vuelta al notarme que no entendí como hizo(los vampiros podemos movernos muy rápido y podemos pasar desapercibidos sin ningún problema) en ese momento me encontré con la mujer mas hermosa que había conocido en toda mi vida (y eso que he vivido cientos y cientos de años).
Gracias a los reflejos de la luna pude captar todos los detalles de ella, a pesar de la oscuridad que había.
Debía de tener menos de 20 años seguro.
Tenía el pelo largo hasta los codos y dorado como la luz del sol que hacia años no veía. Su piel se veía pálida, pero conservaba ese hermoso tono rosado de la vida que recorría por sus venas, sentí unas ganas enormes de acariciar esa piel y pasear mi mano por su escote, que se veía exquisito gracias a ese vestido de corsé que, además enmarcaba perfectamente esa cintura maravillosa. Poseía unos ojos negros con un brillo que me dejo cautivado.
Por primera vez una humana me había encantado a primera vista.
-¿Quien eres?
Y su voz... ¡Ah! Quise escucharla gemir y llorar, escuchar lo que mas odiaba que hiciesen los mortales. Necesitaba escucharla, pero no hice nada a pesar que el plan era matarla, sentí algo que me dijo que no lo hiciese.
Me quede quieto, sintiendo como ella se irritaba por que no le contestaba.
-¿Me puedes decir quien eres?-Me dijo claramente enojada por que además de que yo no le contestaba, ella no me podía ver la cara por la oscuridad que me daban mis cabellos largos.
ESTÁS LEYENDO
Crónicas Vampiras
VampireMi nombre es Andrew, soy un vampiro hace muchos años, y esta es la historia de como conoci a una humana, que me fascino...