Capitulo 10.-

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-Que cruel, Andrew-Me voltee en la dirección en la que provenía la voz-Jugar así con una humana es muy cruel…incluso para ti.

-¡¿Qué rayos quieres?!

-¿Qué le harás?-Dijo con su particular tono tranquilo.

-No lo se-Le dije volteándome dejando a esa presencia sola en la obscuridad de la noche.

Luego de esa plática tan desagradable subí a ver a mi queridísima Agatha.

-¿Cuántos días llevo aquí?-Me dijo con tono frio.

-¿No sabes contar?-Mi respuesta conllevaría a que me mirara con odio y rabia. Era normal que no supiera cuantos días han pasado, no hay ventanas, ni relojes…nada salvo mi ataúd-Seis días-Finalmente respondí.

-¿Me mataras? ¿Por qué no lo haces ya? Mi sangre no sabrá mejor porque me mantengas viva más tiempo ¿No?

-Me decepcionas, Agatha, pensé que lucharías.

-No hare algo  que te haga feliz… solo mátame de una vez.

-¿Por qué piensas que quiero matarte? No eres igual a ella-Le dije mirando al cadáver-Te traje comida.

-No, gracias.

Con la rapidez que poseo por ser un vampiro, me acerque a ella afirmándola del cuello y elevándola un poco.

-Vas a tener que comer quieras o no. Poco me importa lo que quieres, tu harás lo que yo te ordeno-Le dije para luego soltarla bruscamente, lo cual provoco que perdiera el equilibrio y cayera al suelo-Y si me desobedeces te tendré que castigar.

En su rostro se noto un pequeño dejo de temor, el cual cambio rápidamente, supongo que intentando que no lo notara.

Le deje la comida y el agua que le había llevado y salí de allí.

-¡Te odio!-La escuche gritar, a lo cual  solo sonreí.

Pasaron quizás unas cinco horas después que la fui a ver y ya estaba amaneciendo, por lo cual le lleve alimento para luego retirarme a dormir.

Al entrar la vi durmiendo, lo cual disfrute mucho ya que no tendría que escucharla quejarse falsamente. Le deje la comida y salí de la alcoba.

Me retire a una habitación contigua, esta era igual a la que Agatha se encontraba, salvo por una pequeña mesa y una silla a su lado.

Como ya dije, me acosté a dormir y en ese momento escuche un ruido, al cual no le preste atención, unos segundos después escuche otro sonido por lo cual decidí levantarme a ver que era.

A pesar del sol, yo podía caminar libremente por el castillo gracias a la obscuridad que le proporcionaba los arboles.

Una vez fuera de la habitación note que la puerta de la habitación de Agatha estaba abierta, por lo tanto recorrí el castillo esperando encontrarla.

Al terminar de recorrer el castillo ya había obscurecido  y decidí buscarla en el bosque.

-Estoy hambrienta, cansada y quiero salir de aquí…espero que no se haya dado cuenta que logre escapar-Escuche en mi mente sus pensamientos.

Ella estaba escondida tras un árbol, aparecí frente a ella por lo que se asusto e intento escapar.

-¿Qué crees que haces, Agatha? ¿En verdad creíste que podrías escapar de mi?-Le dije mientras la tenia sujetada de los brazos fuertemente, lo cual provoco que en su rostro hubiera una mueca de dolor.

-¡Mátame de una vez! Estoy cansada de tus juegos.

-Escúchame niñita- Le dije apretando aun mas sus brazos-Tu harás lo que yo quiero, cuando quiero, sin reproches, sin gritos, sin nada, solo obedeces.

-¡Nunca!

-¿No? Esta bien, como quieras-Le dije para luego hacer que se desmalle.

La lleve de vuelta al castillo, pero esta vez la deje en el sótano, infestado de roedores, la encadene a la pared desnuda y la desperté.

-Te presento, mi querida Agatha, tu castigo-Le dije al oído mientras reaccionaba y salí de allí dejándole únicamente una vela a su lado.

-¡No, Andrew, no! ¡Sácame de aquí! ¡Hare lo que me digas pero sácame!-Grito con desesperación.

La deje allí unas horas, adore escucharla gritar y llorar, suplicar por su vida.

Cuando la fui a buscar solo se dedico a mirarme, tenía los ojos hinchados de tanto llorar y tenia rasguños por todas partes, sentí compasión por ella.

La libere y la lleve a la habitación en la que antiguamente se encontraba, me quede con ella un momento y le cure las heridas, luego la recosté en mi ataúd y comencé a acariciar su cabello dorado y cuando se durmió salí, cerré con llave y dormí.

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Desperté antes que ella y ya sabia como terminar este juego…seria deliciosamente divertido.

Espere hasta que despertara, para este juego se necesitaban dos personas. Cuando despertó comenzó el juego. La deje salir de la habitación y la lleve al comedor del castillo donde la esperaba una gran cena.

-¿Por qué la cena?

-Simplemente quiero ser amable, siéntate- Se sentó inmediatamente en la silla que le había indicado a lo que sonreí ampliamente complacido, mi castigo había funcionado.

-Me encantabas, Agatha, ¿Qué te paso?

-Te amaba, Andrew, ¿Qué te paso?

Su respuesta me asombro mas poco importaba, yo era un vampiro que quería jugar y pretendía ganar y ella una humana que tenia todas las de perder contra mi, nada mas.

-Creí amarte, Agatha, por unos momentos creí que te amaba sinceramente…pero ya vez que no es así.

Ella no me respondió, se limito a comer ese pedazo de carne que le serví en su palto frente a ella.

-Es tu padrastro-Le dije al cabo de unos segundos.

-¿Qué?

-Allí, en tu plato-Le dije como si nada.

-¡Eres un monstruo!-Me dijo aterrorizada…definitivamente me temía-¿Por qué no solo me matas y ya?

Me levante de la mesa y camine hasta ella, corrí sus cabellos y mordí su cuello, sentí en mis manos como su cuerpo perdía calor y me detuve, la transforme.

La transformación es dolorosa, por lo cual al terminarla perdía el conocimiento, allí le saque sus colmillos nuevos.

-Dependes de mí, Agatha-Le dije al oído cuando estaba despertando-El juego termino, hermosa, perdiste…ahora me perteneces.

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Ya pasaron mil años desde aquel día y Agatha… aun me pertenece y siempre lo hará…

¿Fin?...

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