capitulo 9.-

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A la noche siguiente fui a verla. Ella tocaba el piano como era costumbre, pero en esta ocasión no tocaba ni Beethoven, ni Mozart…era una melodía completamente desconocida para mí.

-¿Cuál es?-Le dije. Dejo de tocar y se volteo para mirarme.

-¿Te gusta?

-Si, era hermosa, ¿De quien es?

-Mía…

-¿Tuya?

-La compuse anoche, después que te fuiste.

Nos quedamos en silencio un tiempo, no muy largo pero tampoco incomodo.

-¿Quieres salir?

-Bueno-Dijo levantándose de su banco.

-No es necesario que te cambies-Estaba vestida igual que la noche anterior-Te llevare a conocer mi hogar.

Salimos de allí y caminamos hasta llegar a un bosque obscuro, entre los arboles había un castillo antiguo casi en ruinas.

-¿Allí vives?-Dijo casi aterrorizada.

-Encantados, ¿No?

-Bastante-Dijo irónicamente a lo que solo me limite a mirarla con diversión y sonreí maquiavélicamente…ya era hora.

Entramos, el lugar era más obscuro que el mismo bosque en el que se encontraba, salvo por la poca luz de un par de velas casi gastadas. La luz de la luna le permitía ver sin problemas lo que las velas ocultaban en las sombras de la noche.

Las “cortinas” (si es que se les podía llamar así) estaban rotas, cuadros rasgados, algunos incluso destrozados en el suelo, todos los muebles rotos o simplemente en el piso.

Recorrimos la sala hasta unas enormes escaleras, subimos y llegamos a un corredor igual de destrozado que la sala.

-¿Dónde duermes?

-Aquí-Le respondí abriendo una puerta.

Frente a ella había una habitación, en esta se encontraba únicamente un ataúd, no había ventanas, ni muebles, ni cuadros.

-Sombrío-Me dijo impactada.

-Es la idea… ¿Cenaste?

-Si, gracias-Solo le sonreí.

Ella entro a mi habitación y la recorrió.

-¿Puedo?-Dijo apuntando hacia mi ataúd.

-Claro.

La ayude a entrar y cerré al ataúd.

-Wow, es muy cómodo-La escuche decir- ¿Andrew?

-Yo aun no he cenado y para ser franco, ya no me diviertes.

-¡Deja de bromear, Andrew!, ¡Sácame!

-No estoy bromeando, hermosa.

-Andrew, sácame de aquí-Su voz cambio completamente, se notaba asustada.

Salí de esa habitación cerrando la puerta con llave. La deje allí, encerrada, quería escucharla gritar y llorar, suplicarme por su vida.

Me retire del castillo y me alimente de una niña, luego, junto con el cadáver de la niña fui a mi hogar y subí a la habitación en la que Agatha se encontraba encerrada. Cuando abrí la puerta, ella había logrado salir del ataúd (Lo que me sorprendió, ya que la tapa es muy pesada).

-¿Qué me vas a hacer?-Dijo sin ocultar su temor.

-Te traje compañía-Le dije tirando el cadáver de la niña a sus pies.

Vi en su cara el miedo que me tenía, adore esa expresión.

Salí de la habitación cerrando con llave, escuche como golpeaba la puerta intentando salir.

Al pasar el tiempo volví a la habitación.

-Déjame ir, por favor-Dijo con sus ojos llenos de lágrimas.

-¿Por qué haría eso?

-Por todo lo que vivimos…¡Por favor!

-Todo lo que vivimos nos trajo a esto.

-¿Lo planeaste todo?

-Por supuesto.

-Pero creí…

-¿Qué? ¿Creíste que te amaba y que estaríamos juntos por siempre? ¿Qué eras diferente a las demás para mí?

No me contesto, solo miro al suelo, como intentando entender que yo soy un asesino que, aun que sintió cariño hacia ella en ciertos momentos, solo quería comer.

Salí de la habitación volviendo a dejarla sola allí…sola y desesperada.

La escuche gritar por ayuda inútilmente, ya que por estar en un bosque, de noche y en un castillo abandonado nadie la escucharía.

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