Simón.
–Bueno, se que tal vez el día de ayer no pude convivir adecuadamente con ustedes, pero es que no sabía cómo exactamente hacerlo– Trate de acercarme a ellos, para que así pudiera convertirme en uno de sus amigos.
–Descuida, entendemos que estés nervioso por ser el nuevo, aunque, ¿Por qué no empezar de cero?– Se levantó de su asiento y camino hacia mi. –Hola, soy Matteo– Estiró su mano y se presentó ante mi. Tome su mano y la estreché, era bastante suave, en verdad.
–Un gustó– Seguía sujetando su mano, mientras miraba sus ojos, color avellana.
Solté su mano y los demás comenzaron a presentarse, Luna, Ámbar, sus amigas, Gastón y toda la clase.
–Lo que realmente quería decirles, es que como terminara el año, ¿Por qué no festejar?, Mis padres no estarán en casa, y pensé en hacer una reunión, ¡Así que todos están invitados!– Todos festejaron, eso era una buena señal.
–Claro, ¿Solo que dónde vives?– Luna es quien me había hablado, estábamos todos en el aula sin docente, así que decidí aprovechar.
–En la colina, entre el bosque, créanme cuando suban lo sabrán– Tome un aspecto más serio, era impactante la forma en que cambiaba de humor.
Las clases volvían a terminar por este día, era momento de el fin de semana, la noche y su aspecto obscuro volvía a cubrir las calles, todos seguían sus caminos para poder llegar a sus respectivos hogares.
Matteo.
El farol continuaba apagado, la calle estaba completamente obscura, no quería pasar por ahí, pero tenía que hacerlo.
–Hola– Alguien por detrás de mi, hizo que me asustara y volteara rápidamente hacia el.
–Simón, ¿Que tal?– Era tan extraño, me parecía conocido, su actitud me recordaba a alguien, pero era imposible recordar quién.
–Todo bien, solo voy a casa– Era dulce, me ayudaba a olvidar el largo camino que tenía que atravesar.
Comencé a caminar y el me siguió, pensé que su casa era por ese mismo camino, así que solo hablamos de la fiesta que se haría en unas horas.
Luna.
El tiempo pasó, seguía en la parada de autobuses, al parecer el que me lleva a casa se había retardado, pude ver cómo todos se habían ido, Gastón con sus amigos, Ámbar seguía aquí hablando con un chico y Matteo, se había ido con Simón, o al menos eso creyó el.
Cuando se estaban llendo, pude notar como Simón perdió a Matteo y el volvió aquí, esperando a que vinieran por el.
Los ví presentarse, el largo momento de sus miradas, me hizo saber que había algo más allí, aparte de el gran parecido de Simón con alguien quien no recuerdo exactamente.
Ámbar.
Simón me parecía agradable, al menos de vista, puede que sea la nueva noticia, así que sería amable con el, yo también fui la nueva en su momento y aunque Sabrina me ayudó a poder adaptarme, también hizo que quiera hacer lo mismo con el.
Pude ver cómo tuvo su momento son Matteo, y la fiesta es increíble, a pesar de solo ser nosotros los invitados.
Quería asistir, tenía una cita con Gastón, a pesar de que el no lo supiera, es el único con el que aún no estado, sin mencionar a Simón.
Hoy sería una gran noche, cumpliría una meta.
Gastón.
Estaba camino a la colina, me encontré con Jimena y Yamila, al parecer también estaban invitadas.
–Hola, no pensé que fueras a venir, tu no eres de asistir a estos eventos– Una chica bajita y castaña se acercó a mi.
–Pensé que sería buena idea escapar de mi casa, para hacer amigos– Reí junto con ella.
–Llegamos, es bastante..–
–Escalofriante– Acompletó mi oración, y estaba en lo correcto, su casa estaba en medio de la nada, rodeada de obscuridad y árboles, escalofriante de verdad.
Simón.
Todos estaban aquí, todos y cada uno de ellos.
–¡Hola!– Salí de la casa a recibirlos, todo tenía que parecer inofensivo. Note como estaban analizando la fachada, todo iba perfecto. –Me alegra que todos hayan logrado venir, en verdad me alegra– Les sonreí e invite a pasar, ellos fácilmente accedieron, así que inició la fiesta.
–Tomen lo que gusten, sientanse como en su casa– Encendí la música y baje un poco la luz, encendiendo luces para fiestas.
–Todo se ve bastante bien, es una gran idea para tener amigos– Matteo se me acercó, siempre sabiendo como iniciar la conversación.
– Gracias, me esfuerzo por hacerlo bien, ser el nuevo no es fácil– Tome un trago de la mesa que tenía a lado, incitando a qué el también lo hiciera.
–Lo sé, aunque solo fui el nuevo por un día, ya que al día siguiente Ámbar fue quien llegó– Tomo un trago. –Lo bueno de haber llegado, fue Sabrina, ella siempre me hizo sentirme parte de algo– Volvió a tomar.
–¿Que paso con ella?– Pregunté, sosteniendo mi vaso, aún llenó.
–Un día simplemente se fue, nadie volvió a saber de ella y fue extraño, decía muchas cosas raras y nos hacía decirle el, en lugar de ella– Volvió a tomar, terminadose su vaso– Tal vez la encerraron, por ir en contra de lo normal–
Vaya, que decepción, pensé que realmente habían cambiado, pensé que eran otras personas.
–Si, supongo–
Ramiro.
Estaba disfrutando de la fiesta, bailaba con Luna, mientras hablábamos de como Ámbar era rechazada por Gastón.
–Que linda te ves hoy– La mire a los ojos, mientras sonreía, confirmando mi comentario.
Luna.
Iba a responder, pero las música se detuvo, la obscuridad abundó en toda la habitación, junto con el silencio profundo.
De la nada, un simple rayo salió, proyectando, un vídeo extraño, uno que nadie entendía de que trataba.
"Hola queridos amigos..."
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Venganza En La Obscuridad.
Misterio / SuspensoEl había llegado, y aunque ellos no sabían quién era, el sabía perfectamente quienes eran ellos, era momento de su venganza, ese era su momento. Así que hizo una reunión, haciéndoles creer que al finalizar volverían a casa, y seguirían igual que si...