De aquí a que conociéramos Carolina; Aaron no dejaba de mencionar la escuela.
Por mí yo tiraría los papeles y no estudiaría pero mis decisiones depende de mamá; por mientras.
Así que lo primero que hicimos fue ir a la plaza a comprar más ropa o fue una excusa que dijo Aaron a mamá solo para ir a comprar nieve.
–¿Sabes que olvidamos? —me recargué en un juego en forma de tren mientras veía a Aaron disfrutar de estar encima de un juego de un caballo —. ¿Podrías bajarte? Es un juego para niños; ¡tienes dieciséis!
–¿Me vas a decir que olvidamos o vas a reclamarme? —se quejó y en eso el juego se detiene.
Me miró inocente y con una sonrisa falsa.
–¿Tienes otra moneda? —de mis jeans saqué la moneda y se la entregué.
–¡Wiiii!
–¡Aaron!
–¿Qué? —me miró fastidiado.
–¡Olvidamos que Carter está aquí! ¡Puede estar en cualquier lugar! —me miró achinando los ojos.
–Puede que nos lo encontremos en la escuela —rodé los ojos.
No se tomaba serio que nuestro mejor amigo —y mi salvador—estuviera por ahí después de no verlo por cuatro años.
Por el momento será así, dejaré que Carter aparezca si quiere.
–¿Mamá? —salí de mi habitación con la ropa más cómoda y lista para ir a la escuela.
Le di una última pasada de secadora a mí cabello color castaño y bajé las escaleras ansiosa.
–¡Mamá! —grité nuevamente pues ella normalmente me responde a la primera —. Ya me voy, te quiero —estaba a dispuesta a salir pero me sujetan del brazo.
–Primero tienes que desayunar —Aaron me arrastró a la silla y me hizo sentar mientras me ponía el desayuno frente a mí —. Y mamá se fue temprano, así que literalmente estabas hablando sola tontita —se burló y levanté mi dedo del medio. Puso su mano en su pecho fingiendo indignación.
–Mamá va a salir del trabajo hasta la noche, así que en el jarrón de la sala hay dinero por si se nos ofrece —asentí y una vez que terminé mi desayuno estaba a dispuesta a irme.
Pero me detienen del brazo.
–Aaron, ya quiero irmeee —lloriqueé.
–Tienes que lavarte los dientes y te tienes que ir conmigo —bufé y me regresé al baño.
Agarré las llaves y dejé que él pasará primero y cerrar la puerta para irnos caminando, el instituto quedaba a siete cuadras, no era nada —¿si se nota mi sarcasmo? que bueno si es así —incluso para mejorar el camino, nos deteníamos a ver y conocer a Carolina, ya tendríamos mucho más tiempo de conocer estas calles.
Para entonces ya estábamos enfrente de ese instituto, todos se saludaban, sonreían e incluso se tomaban fotos, aunque la verdad, Aaron y yo venimos ya cerca de las vacaciones de invierno.
Antes de querer entrar y sentirme segura y acabar de una buena vez todo esto, Aaron me detiene, lo miré mal.
–¿Me dejas ir? —negó, bufé.
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•Siempre te amaré || #1
Fiksi PenggemarSobrellevando su nueva vida y nueva familia, esta chica de trece años conoce la realidad y lo bueno de revelar sus sentimientos. Sabiendo que todo es cuestión de saber amar y esperar, le lleva a una gran decepción cuando sabe que no todo es felicida...