04.

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— ¡¿Ethan?!

Sentí una rabia profunda crecer dentro de mí, mientras esperaba a mi hermano. Él asomó su cabeza por la puerta de mi habitación, mirándome tímido.

— ¿Sí?

— ¿No que tenías novia? —Dije, tratando de calmarme— ¿Porqué te ligas a Joan cuando tienes novia, idiota?

Frunció el ceño y se adentró a mi habitación.

— No tengo novia...

— ¿Y quién era la chica que salió del baño la mañana siguiente de tu cumpleaños?

— Ella...

Vi como dejaba su mano encima de la silla de mi escritorio. Se rascó la cabeza y volvió a su postura normal.

— Era una chica —Completó.

— ¿En serio? No me había dado cuenta, sus pechos no se restregaron en mi cara cuando salió del baño. Para nada.

— Era una chica, la cual me acosté con ella una noche y...

Le corté poniendo una mano en su cara.

— Me da lo mismo. Yo pido a Joan. Es mía.

Una sonrisa juguetona creció en sus labios.

— Bien. Pero ya tengo su número.

— ¿Ella te lo dio?

Guardó silencio y me miró arrepentido.

— Si digo que lo saqué de tu celular, ¿te enfadarías?

Negué con la cabeza al momento que ponía los ojos en blanco.

— A veces me pregunto quién es el mayor —Susurré sin mirarlo.

— ¡Carteeeeer! ¡Ethaaaan!

En menos de un segundo, Jessica apareció por la puerta sonriéndome. Ethan dio un salto en su lugar al escucharla.

— ¡No griten! —Exclamó mamá.

— ¡Tú estás gritando! —Le devolvió mi padre.

— ¡Eso es mentira!

— ¡¿Porqué gritas si estás en la misma habitación?!

Escuchamos un golpe y los gritos callaron. 

— En fin, les venía a pedir un favor —Dijo Jessica sonriendo— ¿Pueden ir a comprar unos ingredientes que anoté en ésta lista?

De su bolsillo sacó un papel amarillo y se lo entregó a Ethan, para luego mirarme a mí.

— ¿Y por qué los dos? —Pregunté haciendo un puchero. No quería salir.

— Porque mamá me ha mencionado que no los ve mucho juntos compartiendo como hermanos, así que creo que ésta es una buena oportunidad.

Miré a Ethan y luego la lista.

— No creo que...

 Unos minutos más tarde, ya nos encontrábamos en el centro comercial. Jessica nos había casi obligado a ir a comprar sus queridos ingredientes, y nosotros no tuvimos más opción que ir (además de que mamá nos empujó de casa)

Cuando llegamos, partimos la lista a la mitad y nos dividimos para buscar las cosas. Ya tenía lista la mantequilla, una cosa extraña que se llamaba polvo y unos decorativos color rosa en forma de flores. 

Saqué mi celular del bolsillo trasero de mis pantalones para avisar a Ethan de que ya estaba listo con las cosas, pero me di cuenta de que estaba apagado. Fruncí el seño y esperé a que prendiera como siempre, sin embargo, cuando la pantalla se iluminó, aparecieron millones de llamadas perdidas de Joan.

¿Porqué no te gusto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora