₀₃.

690 64 22
                                    

─── ❖ ◦ ☁️ ◦ ❖ ─── 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─── ❖ ◦ ☁️ ◦ ❖ ─── 

Después de la reunión de emergencia transcurrieron cinco días y Tanjirou despertó. Le avisaron que tanto como Kanroji y Tokito se habían recuperado. Tras saberlo no tardo en ir a su búsqueda.

No había estado antes en la finca de la niebla, a pesar de que su cuerpo estaba todavía algo entumecido podía percibir que tenía suficiente energía para caminar y eso lo agradecía. A pesar de eso, una sensación de preocupación quedó en él al ver como a los dos pilares que le ayudaron en la batalla se fueron a direcciones diferentes sin poder consultar como se encontraban justo después de su regreso. Ahora que podía acercarse a ellos directamente y hablarles estaba emocionado y con mucho entusiasmo. Se tomó su tiempo para observar los diversos árboles del lugar, eran muy altos. El aire fresco era un regalo para sus pulmones.

—¡Tokito-san! —empezó a llamarle mientras con sus manos trataba de que su voz llegará lo más lejos posible. Le parecía cruel romper el silencio que disfrutaba la naturaleza. No quería acercarse demasiado al interior, pensaba que sería descortés.

Tras repetir su llamado pudo escuchar a la lejanía una puerta siendo abierta tras unos pasos casi imperceptibles. Su sonrisa no tardó en aparecer en su rostro tras captar el olor del joven a unos pocos pasos de distancia. Podía percibir la madera, la naturaleza y algunas flores.  Muichiro estaba con gesto sorprendido.

—¿Tanjirou? —preguntó como si se tratara de alguna alucinación. El pelirrojo acortó un poco la distancia.

—¡D-disculpe, Tokito-san, supe que se había despertado y no pude evitar venir a verlo! —rascó su nuca con algo de vergüenza ante su confesión, aquello simplemente hizo que el asombro del pilar aumentara.

—Vaya, eso me hace sentir algo mal. Debí haber ido a verte primero después de todo fuiste el último que se recuperó. —sonrió con incomodidad.

—¡P-para nada, no se preocupe, apenas desperté quise caminar y fue algo repentino! —negó con la manos con nerviosismo. A pesar de eso los ojos de Muichiro reflejaban algo de inquietud.

Parecía dudar de decir algo, más Tanjirou era ajeno a ello. Cuando ambos estaban a punto de hablar casi al mismo tiempo una tercera voz intervino.

—¡Tanjirou-san, Muichirou-san! —apenas pudieron reaccionar porque Mitsuri se acercó a una velocidad impresionante. El cuerpo del más bajito se balanceo un poco mientras era abrazado junto al de los aretes Hanafuda.

—¡Kanroji-san! ¡Qué alegría verla de nuevo! —Kamado correspondió felizmente mientras el mentoso tenía una mueca por haber sido interrumpido. Esta se borró al ver la sonrisa que le dedicaba Kanroji y no pudo evitar hacerlo de vuelta.

—¡Qué bueno encontrarlos a los dos, los estaba buscando por todas partes! —se separó de ellos. —¡Quiero invitarles a comer para celebrar! ¿Qué dicen?

No hubo falta alguna palabra para confirmarlo. Aunque el que respondió con más entusiasmo fue Tanjirou que asintió varias veces con la cabeza, Mitsuri respondió de igual manera y se dirigieron a la finca entre brinquitos y gritos de emoción.

Al llegar y ya al estar en la cocina se encontraron con Iguro que tenía un delantal y el cabello atado hacia atrás. A pesar de su semblante neutral se veía como todo un padre a punto de atender a sus hijos. Ante ambos gestos de los más jóvenes que parecían querer estallar en carcajadas en cualquier momento, la mirada amenazante del pelinegro no se hizo esperar. Les hacía aguantar con las mejillas infladas con aire.

—¡Quédense aquí, nos encargaremos de todo! —a pesar de la insistencia del pelirrojo por ayudar, la peli rosa se negó mientras se dirigía con Obanai. Se quedaron en silencio mientras tomaban asiento al lado del otro. Se mantuvieron observando la decoración que estaba a su alrededor.

Era muy brillante y colorida, como la personalidad del pilar del amor. Habían cuadros de pinturas tanto de paisajes como de flores, mayormente sakuras. La naturaleza hacía su presencia en algunas partes del salón, dando los suficientes toques de verde como si en un lienzo se tratara. Las pequeñas tazas y utensilios en la mesa de color marrón rojizo eran agradables a la vista con los manteles pasteles.

En un momento Muichirou bajó la mirada, de alguna manera sentía que estaba rememorando cuando sus padres cocinaban para él. Tanjirou no fue ajeno a esto, percatándose del cambio repentino en su aroma.

—¿Se encuentra bien, Tokito-san? —colocó una de sus manos sobre su hombro, logrando que alzara su mirada.

Le miró pero no salió nada de su boca. Tenía la confianza suficiente, después de todo gracias a sus palabras pudo recuperar la memoria. El pequeño pero gran detalle a la vez era que no sabía cómo expresarle agradecimiento de una mejor manera. Después de todo la primera vez que interactuaron se portó de la peor manera posible.

Aún sudaba en frió recordando cómo le había tratado y aun así él en ningún momento dejo de tenderle la mano.

—Yo... solo recordaba cuando estaba con mi hermano y esperábamos la hora de la comida. —casi de forma natural dejó que eso saliera de sus pensamientos y fluyera en el aire. Obtuvo una reacción de melancolía, mientras desviaba la mirada a la mesa.

—Entiendo, yo también pienso en mis padres y hermanos todos los días.

La mirada celeste se mantuvo sobre él por un breve momento.

—Estoy seguro que están muy orgullosos en lo que te has convertido. —los ojos rojizos le miraron nuevamente con sorpresa, Tokito hizo lo mismo a la vez que se sorprendía. —¿E-estás llorando? ¡Lo siento mucho!

—¡N-no es nada, solo se me metió algo en el ojo! —sonrió para agradecer por una de las servilletas  que estaban reposando en la madera.

─── ❖ ◦ ☁️ ◦ ❖ ─── 

─── ❖ ◦ ☁️ ◦ ❖ ─── 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐵𝑒 𝑘𝑖𝑛𝑑 ¦ Muichirou TokitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora