ஐﻬ. ˙ ˚ ˛ « ¿Alguien algún día será capaz de entenderte? Lo mucho que has sufrido por qué no eres capaz de recordar que eres. Pero quiero creer que no tienes un hueso malo en tu cuerpo. Sé que te estás ahogando en tus miedos.
No sé por qué te escon...
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Después de la reunión de los pilares todos fueron retirándose de la habitación, el silencio reinaba en cada parte del lugar. Tranquilizante, necesario después de todo lo ocurrido con las dos lunas que se encontraron hace pocas semanas en la villa de herreros. Shinobu había curado de sus heridas y el veneno que aún quedaba en su cuerpo en cuestión de segundos. Estaba agradecido, a pesar de no tener la mejor actitud anteriormente hacia la pilar, está le trataba con amabilidad y esmero. Ahora podía recordar todas las veces que fue cortante de ella mientras que la azabache de puntas violetas solo preguntaba con preocupación sobre su estado en cada misión.
Se mantenía callado mientras fue tratado en su finca, le daba una gran vergüenza si quiera mirarle. Apenas él llegó junto a Mitsuri, Tanjirou y Nezuko corrió a atenderlos sin perder el tiempo. Ni siquiera tuvo que explicar lo que paso ya otra persona se le adelantó. A pesar de lo sucedido, se sentía muy bien. Estaba completo, ya no tenía esas lagunas en su memoria. Podía recordar todo claramente desde el momento que estuvo con su hermano mayor y sus padres. Era una persona completamente diferente. El pilar del amor en el momento que no pudo caminar más por sí solo, se acercó a él y le sostuvo del brazo para colocarlo sobre su hombro con una gran sonrisa.
—¡No te preocupes te ayudaré, estuviste asombroso Muichiro-kun! —expresó con aquella aura tan alegre, mientras con su mano libre agitaba su puño con entusiasmo. Sus ojos mentas le observaron, ella siempre le alagaba cuando tenía la oportunidad. Ahora venía a su mente todas las veces que le invitó a comer a pesar de las miradas amenazantes de Iguro.
Mitsuri se preocupó al ver que el rostro cansado de su compañero no reaccionaba. Pensó que no la quería cerca ya que normalmente se alejaba cuando buscaba abrazarle pero al verle así no pudo evitar ir a su ayuda. Sudaba un poco y sus ojos verdes empezaban a moverse nerviosos. Iba a abrir la boca para disculparse cuando el de puntas mentas se le adelantó.
—Gracias, Mitsuri-san. —terminó de recostar un poco su peso sobre la más alta, cerró los ojos agradecido. La peli rosa se quedó boca abierta, su rostro se ruborizó mientras por dentro gritaba de la emoción.
—¡N-no hay ningún problema! —balbuceó con claros nervios, empezó a caminar hasta ver como una figura conocida se acercaban a su posición. —¡S-shinobu-san!
La pilar insecto con gesto de aflicción apenas llegó sostuvo el brazo libre del pilar de la niebla para imitar la acción de la otra pilar.
—Me alegra tanto que hayan regresado, será mejor irnos lo más pronto a mi finca para curar sus heridas. —dijo con seriedad, Kanroji asintió en silencio mientras sonreía muy feliz por la preocupación que manifestaba su compañera.
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Tokito despertó, su cuerpo se sentía mucho mejor a comparación de antes. Ya no tenía fiebre y en el momento en el que se sentó pudo sentir las vendas sobre su cuerpo acompañado con un leve dolor agudo. Su vista viajó brevemente por la habitación.
—¡Muichiro-kun, que bueno que despertaste! —una voz le hizo voltear a donde estaba Mitsuri a su lado izquierdo. Aún estaba algo soñoliento, sobó uno de sus ojos con la palma y se percató que tenía vendas también en las mejillas. El pilar del amor estaba sentada dedicándole una sonrisa amable.
—Uh, ¿buenos días? Kanroji-san. —no estaba seguro de que hora era, ni cuánto tiempo había dormido. La peli rosada amplió su sonrisa con el rostro rojo y colocó sus manos en su cara mientras se movía de un lado a otro. No entendió ese gesto así que movió un poco su cabeza de lado.
—¡B-buenos días, ahh! —parecía balbucear algunas cosas pero no logró escucharle claramente.
—¿Despertaste hace poco? —la pregunta de Tokito hizo que Mitsuri se detuviera.
—Sí, me han dicho que dormimos por dos días enteros. Aun así nos han recomendado no hacer ningún esfuerzo por el momento. —miró sus manos que reposaban sobre su regazo. Un silencio natural se presentó en la habitación, a ninguna de las dos partes parecía incomodarle. Muichirou miraba la sábana blanca impecable, ahora que volvió a ser él podía empezar otra vez.
—Mitsuri-san. —le llamó, conectando con los ojos verdes que le miraban algo sorprendidos. —Ahora que puedo recordar, me invitaste varias veces a comer contigo pero nunca me presente.
—Hmm... ~ —rompió el contacto visual, mirando hacia el techo. —¡Ah, sí, es verdad! —le sonrío. —P-pero no te preocupes por eso, sé que seguramente no podías. Tokito-san siempre ha trabajado muy duro desde que llegó, ¡nunca se detuvo y por eso le admiro mucho! —agitó sus manos feliz.
Tragó en seco. Sus palabras solo le hicieron sentirse peor, no merecía haberle ignorado de esa manera a pesar de que no era del todo su culpa por la amnesia. Vio hacía abajo de nuevo, sin saber que decir.
Pudo percatarse solo segundos antes que el cuerpo de Mitsuri estaba al lado de él y cómo sus brazos le reconfortaban dándole un abrazo. Un olor bastante agradable a flores inundó sus sentidos, la última vez que lo abrazaron de esa manera había sido por su hermano. Aplicaba la fuerza necesaria, expresando un gran afecto. No dudo en abrazarle de regreso sintiendo los ojos picar.
—¡E-en serio estoy tan feliz que todos regresáramos bien! —Kanroji habló con la voz entrecortada por las lágrimas, empezaba a tener leves ataques de hipo mientras su cuerpo se movía por los sollozos. Muichiro cerró los ojos, mientras acariciaba levemente su espalda.
—Yo también.
La puerta se abrió, mostrando al pilar de la serpiente. El pilar del amor estaba tan concentrada en llorar que no se percató. Mientras que el pilar de la niebla tenía la mirada hacia dirección de la puerta. El rostro del pelinegro cambió por completo de una preocupada a una de celos.
Tokito sonrió con burla.
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