Capítulo 3

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Subi a mi habitación bastante perturbada. No podía estar enojada con mi padre. Él solo lo hizo para salvarme, pero ahora este hombre llego a quitarme mi vida, todos mis planes se irían a la basura.
Decidí no estresarme, tal vez en unos días se aburra de que lo ignore y me deje libre.
Empaque todo lo que considere necesario. Llevaba mi valija y mi mochila.
Antes de cerrar la puerta, observe mi cuarto por última vez.
Baje las escaleras, el seguridad se llevó mis cosas y las cargo en el auto.
_Bien, despídete. No es la última vez que lo verás. Si te portas bien dejaré que visites a tu padre_ dijo Elijah que ya estaba parado en la puerta.
Abrace a mi padre con todas mis fuerzas. Él hizo lo mismo, no quería dejarlo, pero era por su bien.
_Te amo papá, volveré, lo prometo_
Salí de la casa y me subí al auto. Mientras nos alejabamos veía a mi padre mirar desde la puerta.
_El viaje será un poco largo, si deseas algo solo tienes que pedirlo_ dijo y se dedicó a leer un libro.
Todo el viaje me mantuve callada, observaba el verde por la ventana. Tenía el presentimiento de que este hombre por momentos levantaba la vista de su lectura para observarme.

Luego de unos 20 minutos de viaje comence a divisar algo a lo lejos. Me reincorpore en el asiento para mirar mejor. A medida que nos acercabamos pude ver una enorme mansión. Un gran porton de hierro se abrió ante nosotros y el vehículo ingresó por un camino que nos llevaba a la casa.
Era enorme. Rodeada de mucho verde, arboles y algunas flores. Un jardinero trabajaba alli. La puerta de entrada era de madera y las paredes blancas.
Bajamos del auto y el seguridad comenzó a bajar mis maletas.
_Bienvenida a mi humilde hogar_
Pude notar la ironía de su comentario. No respondí. Saco unas llaves y abrio la puerta.

Por dentro era aun mas increíble. Una gran sala con dos enormes escaleras que daban a las habitaciones supongo. Me quede atónita observando todo.
_Ven, te mostrare la casa y luego tu habitación_
Lo seguí. Primero el living. Un gran televisor con un enorme sofa y una linda mesa de cafe. Luego la cocina. Como era de esperarse, también había empleadas alli. Pegado a la cocina un comedor. Una mesa de madera larga, preparada de una manera muy sofisticada, bajo una gran araña que iluminaba el lugar.
Elijah me observaba esperando alguna palabra de mi parte. Pero creo que estaba tan deslumbrada que nisiquiera podía hablar.
Subimos las escaleras y me mostro mi habitación.
Jamás habia visto algo así. Un vestidor... un sofa que daba a una ventana por donde se veía el jardin trasero. Cama de dos plazas y muchos muebles hermosos.
_Es toda tuya. Toda la casa esta a tu disposición al igual que los empleados_
Lo observé. _No es mi casa y jamás lo será_
Dio un gran suspiro antes de hablar y su semblante estaba mas serio.
_Mi oficina es un lugar prohibido. Solo yo puedo entrar. Es la única regla que existe en aquí_
Me observó pero no respondí.
_Cenamos a las ocho, te veo ahi_
Dio media vuelta y se fue. Cerre la puerta y me tire en la cama mirando al techo.

No se que es lo que buscaba pero debía encontrar la forma de irme.
Tal vez si lo irritaba lo suficiente me devolveria mi vida.
No estaba segura pero debia intentarlo.

Llegada la hora de la cena no planeaba bajar. Solo me di una ducha y me acoste. Unos golpes se escucharon en la puerta.
_Juliette la cena esta lista. Te estamos esperando_ se quedo callado.
_No voy a ir. No tengo hambre_
_Tienes que comer, no has comido nada en todo el dia_
_No voy a bajar. Gracias_
_No estoy dandote la opción. Tienes que bajar a cenar ahora_ dijo algo irritado ya.
_¡No lo hare!_
_Si no bajas ahora, no vas a comer nada hasta mañana. ¡Estas advertida!_
Se fue. Lance un suspiro de frustración. ¡Que hombre desagradable!

Extrañaba a mi padre. Quería volver a mi casa.

Me PertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora