¿Porqué lo hiciste? [𝘒𝘢𝘳𝘭𝘏𝘦𝘪𝘯𝘻]

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El joven rubio llegaba a la mansión de su amigo, estando acompañado de algunos de sus sirvientes.

—¡Benjiro!, es un gusto verte. —dijo con alegría el albino, acercándose a su amigo.

—También me alegra verte, ¿porqué quisiste que viniera?

—Ah, sí, mira.

Detrás de él albino salió una mujer pelirroja, de estatura promedio y tez pálida, la cual tenía pecas y vestía un precioso vestido blanco.

—¿Ella es...?

—Quiero que conozcas a alguien, su nombre es Elizabeth. —dijo el albino mientras rodeaba el hombro de la mujer con su brazo.

—Es un gusto, usted debe de ser el señor Mizuno, el amigo de mi amado. —comentó la doncella con una sonrisa, extendiendo su mano.

—Ella es la humana de la que te hablé.

—Un... gusto... —dijo el rubio mientras le daba la mano a la muchacha, con una expresión de pánico.

—De ahora en adelante estaremos juntos. —dijo el albino.

—Pero KarlHeinz, ¿qué hay de Richter y tu padre?, ¿saben de ella?

—Ellos no importan, al fin conseguí mi propia mansión, aquí tendré a quien quiera.

—¿Podríamos... hablar a solas?

.....

—¿Porqué cuestionas mis decisiones?

—Karl, es una humana, es ridículo que un vampiro se enamore de ella.

—Yo lo estoy.

—Además, hay una lucha muy fuerte entre humanos y vampiros, ella corre peligro contigo.

—Benjiro, yo soy el futuro rey, así que no me cuestiones. —dijo el albino con frialdad y molestia.

—¡Karl, te van a matar!

—Lárgate de aquí, por un momento creí que como amigo me apoyarías, pero veo que no cuento contigo.

El albino se retiró con enojo de la sala, dejando al rubio helado y con su mente desordenada.
Ese día había entendido que, sin importar cuánto se preocupase por su mejor amigo, él era únicamente su mano derecha para recibir sus órdenes.