Borracho de incógnito

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Uratanuki miró preocupado a Soraru. El chico llevaba días casi en estado vegetativo, apenas comía y sus ojos vacuos miraban permanente por la ventana, acurrucado en el sillón en el que su abuela solía pasar horas sentada.

Tras el funeral de la anciana señora, Soraru no había movido un dedo.

- S-soraru...

No había respuesta.

-Soraru, sé que es duro, pero llevas días de esta forma... ¿No quieres salir a hacer algo?

- ¿Debería? - Soraru habló distraidamente mientras observaba una nube pasar.

-¡Si! - Urata estaba feliz de que finalmente le hubieran contestado - Te va a animar salir a la calle ¿A dónde deberíamos ir?

- Tú te quedas - Repentinamente Soraru se levantó. - Quiero ir solo

Sin dar tiempo a Urata para responder, Soraru tomó su abrigo y se marchó dando un portazo.

***

Mientras el pelinegro caminaba hacia la estación de autobuses más cercana, observó el cielo. La contaminación que solía flotar y formar una permanente capa gris sobre la ciudad se había tomado un día de descanso, y el azul del cielo parecía minimizar todos los problemas de Soraru.

El azabeche recordaba como se había sentido cuando había salido el sol después de la muerte de su abuela. Le había ofendido el mero hecho de que se atreviera a brillar en un lugar donde la amable señora ya no estaba.

El viaje en el autobús fue muy bueno,iba casi vacío, por lo qué la mirada perdida y los pensamientos de Soraru se hallaron a salvo en el silencio. Una vez llegando a su destino, subió una pequeña colina. Ahí había un árbol grande y frondoso, con una tumba que parecía llevar un tiempo ahí y otra más reciente a sus pies.

Su abuela siempre había querido que la enterraran en ese lugar, había comprado la pequeña loma con todos sus ahorros y no había permitido que nadie construyera o cambiara nada del lugar.

"En este lugar" Soraru podía recordar que su abuela le había contado "Fue donde conocí a tu abuelo. Era un día muy caluroso, y ambos vimos la sombra de este arbol como un lugar perfecto para descansar. Este fue nuestro lugar especial por toda su vida, y deseo que lo sea incluso después."

Soraru se acercó y acarició las iniciales de sus abuelos talladas toscamente con una navaja en la corteza del árbol.

--- Abuela --- Soraru empezó a hablar --- Realmente escogiste un mal momento para marcharte. Extraño el sonido de tus agujas de tejer y el tener que gritarte para que escuches algo de lo que digo. Extraño comer tu caldo de verduras que nunca preparas cuando hace frio pero si cuando hace cuarenta grados. Me siento muy solo sin ti, aunque literalmente nunca podías oírme, y solo me abrazabas sin saber que me pasaba. ---Soraru se detuvo un momento al recordar algo--- Ahora que lo pienso, a menos que morirte te haya arreglado la sordera, no podrás escucharme.

Tomó una gran bocanada de aire y gritó

--- TE QUIERO ABUELA. POR CIERTO SI VES AL ABUELO, DILE POR MI QUE SÉ QUE FUE EL QUE TIRÓ MI PEZ POR EL EXCUSADO CUANDO YO ERA PEQUEÑO.

Tas sonreír un poco, el llanto comenzó a surgir de nuevo y los sollozos sacudieron a Soraru. Trató de abrazar el enorme árbol,sin importarle lo incómodo que estaba resultando, y lloró por mucho tiempo más.

***

Reol estaba sentada en la barra del bar. Era deprimente beber sola, pero a veces no quedaba de otra. La puerta del bar volvió a abrirse, y por pura costumbre la chica volteó la cabeza sin ganas.

guardaespaldas (soramafu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora