Algomanía (Michael Clifford)

Fünf.

Hayley. Hayley. Hayley. Hayley. Hayley. Hayley.

Michael sólo pensaba en su nombre.

La miraba desde cinco asientos detrás de ella en la fila de a lado, ella siempre estaba en un asiento pegado a la pared.

Ni siquiera esaba prestando atención a la clase, no podía hacer otra cosa más que mirarla a ella.

Hayley, ahora tenía la uña de su dedo índice clavada en el antebrazo que hacia unos días había picado, ahí, ahora reposaba un muy marcado moratón. Michael seguía sin entenderlo, y hasta probablemente nunca lo entendería.

Después de dejar una media luna marcada en su brazo, Hayley tomó un sacapuntas que reposaba sobre su escritorio, Michael frunció el entrecejo, Hayley levantó el meñique de la mano derecha y mojó la punta de este con la lengua, luego introdujo su dedo en el agujero del sacapuntas y giró su dedo como si de un lápiz se tratace.

Michael no pudo evitar dar un respingo y acto seguido tomar su meñique derecho, un escalofrío recorrió con lentitud su espalda, Hayley ni siquiera hizó una muestra de dolor solo sonrió.

La sangre comenzó a recorrer el dedo de la castaña. Michael se asustó. Sin pensarlo dos veces se levantó y caminó deprisa hacia el asiento de Hayley, la tomó del brazo y la obligó a levantarse.

—¿Qué mierda... —susurró la chica frunciendo el ceño pero sin oponerse a seguir caminando con Michael.

—¡Profesor! —llamó el chico estando a un lado de la puerta del salón, el hombre de mediana edad volteó hacia él y lo interrogó con la mirada. —Hayley se ha lastimado la mano, ¿Puedo acompañarla a la enfermería? —el hombre asintió y los jóvenes salieron del aula.

—¡Estoy bien! —exclamó la chica tratando de zafarse del agarre del chico.

—Pues no te creo y deja de forcejear, no te conviene, soy mucho mas fuerte que tú.

—Wow, de idiota manipulable a manipulador con fuerza extrema. —se burló.

—Me importa una mierda lo que digas, callate y explicame que mierda te sucede.

—No debo darte explicaciones de mi vida.

—Pues tu vida la estas haciendo mierda.