XVIII

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Era increíble como una persona, un solo ser humano puede darte vuelta el mundo. Era algo que venía repitiéndome desde hace meses y siempre me encontraba dándole una connotación nueva a esa frase.

《Te amo tanto que, no puedo amarte》decía Eden en la radio y luego daba pasó a Psycho de Red Velvet y yo para ese momento ya era una maraña irreconocible, sentado al centro de la sala intentando mantener los ojos abiertos mientras Seonghwa movía sus labios, seguramente diciendo algo importante que realmente no podía entender. Bostecé y me gané un manotazo por parte de mi rubio amigo que frunció el ceño. Iba a disculparme, pero otro bostezo me ganó, no había conseguido pegar un ojo luego de mi llamada ninja a Mingi quien intento marcarme un par de veces, pero por temor y vergüenza preferí fingir que estaba dormido.

—¿Estás bien?...

—Creo que no...

No, no estaba bien, me encontraba muy lejos de la definición "bien" y mucho más de poder fingir que nada pasaba cuando hasta parecía que había olvidado como se usaba un peine. Agradecía enormemente que fuese Seonghwa el primero en llegar a la casa luego de una improvisada llamada grupal que hice a mis vecinos y compañero de trabajo Yeosang. Al menos me transmitiría la calma que destrozarían luego los gritos de Wooyoung.

—No tienes que darme explicaciones, pero la historia ha sido tan repentina.

—Para mí lo fue aún más... entre mis desniveles emocionales con Mingi, mi paranoia a salir de casa por miedo a encontrarme con esa chica y mi temor al rechazo de mi madre, estoy teniendo una fiesta loca dentro de mi cabeza y no creo que resista tener algún invitado más.

—No te diré sobre las fechas de examen.

Solté el aire de golpe. Muy bien, una cosa más de la que debía preocuparme, una realmente sería. Podía vivir sin amor y acosado, pero si no podía forjarme un futuro con un título que colgar en mi pared, estaría perdido para siempre. Mi nivel de prioridades estaba fuera de los parámetros adecuados y me prometí a mí mismo que este sería el último día de verme hecho un asco sin futuro.

La puerta sonó, un toque suave que me indicaba que San no dejó a Woo hacer su escándalo frente a mi entrada. No había activado aun el timbre y ya les había advertido que sean suaves con mis nervios y no tumbaran la puerta al llegar porque no les dejaría entrar. Me acerqué y abrí lo suficiente para ver una sonrisa adorable con hoyuelos y el siempre fiel compañero de aventuras de San: su tupper. Abrí de par en par para recibirle, hacia un tiempo que no coincidíamos y ya extrañaba su adorable carácter y sus delicias culinarias.

—¡¡Yunho!! —sentí contra mi cuerpo la presión de unos brazos y luego simplemente nos fuimos al suelo, allí sentados recibí todo el efusivo amor de Wooyoung que no paraba de abrazarme y llenarme la cara de besos, diciendo lo muy valioso que era yo para el mundo y lo feliz que había sido al conocerme. Wooyoung es un chico emocional, lloró a la par que mis ojos goteaban mientras les contaba lo agobiado que me sentía de repente, a las cinco de la mañana mientras les hacía vídeo llamada. Estaba muy agradecido del amor incondicional que había forjado en tan poco tiempo con mis nuevas amistades que sin dudarlo atendieron y escucharon mis chillidos a esa hora y prometieron estar para mí todo el día hasta que mis penas se convirtieran en risas.

—Wooyoung, deja algo de Yunho para los demás —San jalo de una mecha del cabello claro de Woo y este se puso de pie, ambos me extendieron una mano y me ayudaron a levantarme y fue entonces el turno de San de abrazarme y acurrucarse contra mi pecho, en un gesto más suave pero igual de amoroso que aquel abrazo que me dejó en el suelo. A los segundos Woo se había unido al abrazo y tenía a mis tiernos vecinos rodeándome como si de esa forma pudiesen protegerme de todo lo malo del mundo, y sin dudas ellos estaban haciendo que me sintiera seguro de tenerles.

Gato Callejero ☆Ateez☆ ♡YunGi♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora