Capítulo 1

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Volví a subir el capítulo debido a que si habían variaaas inconsistencias, lo estaba editando de madrugada y al parecer ya estaba un poco dormida, lo siento por eso.

Paco Leon, reflexionaba, sentado a la mesa de la cocina, sobre el hecho de que no necesitaba a una mujer en su vida. Era padre soltero y le iba a la perfección. Tan bien, que en la empresa para la que trabajaba no se habían dado cuenta de que no había una señora Leon.

Había sido ajeno al desconocimiento que tenían en su trabajo sobre sus circunstancias personales hasta que salió el tema de la renovación de su contrato. Entonces los recelos al respecto se tornaron claramente obvios.

Paco había sido llamado al despacho del director de J.P. Designs, algo muy fuera de lo corriente. Y algo aún más inusual, se había sentado en el despacho del jefazo y el viejo J.P. en persona le había ofrecido un cigarro, para observarlo con su mirada atenta.

-¿Cómo está la familia? -le había preguntado J.P. con cortesía.

-Bien, gracias -respondió, desconcertado. En los doce meses que llevaba en la empresa, J.B. jamás había mantenido una

conversación personal con él... solo habían hablado de trabajo.

Supuso que el otro había estado repasando su historial, aunque lo que no se le había ocurrido en ese momento es que sus datos personales habían cambiado.

-Eres un arquitecto con talento, Paco. Nos ha complacido mucho tu trabajo.

No supo si sentirse halagado por el cumplido, algo que no salía con facilidad de labios de aquel gran arquitecto, o mostrarse cauto. «Nos ha complacido... » sonaba aque podían prescindir de él.

-Como sabes, te habíamos contratado de manera temporal. La cuota de casas que se te había asignado ya se ha completado.

¡Diablos! Iba a perder su puesto. Su mente había saltado a sus compromisos financieros. Entonces, todo su optimismo se desvaneció.

-El siguiente proyecto importante que la empresa va a llevar es el diseño de un casino nuevo en Nevada. Busco a alguien que dirija ese equipo. No hará falta un traslado allí; el avión de la compañía llevará y traerá a la gente según sea necesario. Es evidente que la persona que elija ha de ser fiable, con un talento excepcional, creativa, y capaz de establecer un compromiso de un cien por cien -J.P. se había adelantado con las tupidas cejas fruncidas-. Aún no he decidido quién va a estar al mando, pero le he echado un vistazo a tu currículum, Leon, y debo decir que estoy impresionado. ¿Te interesaría el desafío?

-Desde luego -había respondido sin vacilación.

J.P. había asentido satisfecho. -Es obvio que tu currículum habla por sí solo, pero quiero cerciorarme de que

tanto profesional como personalmente escojo al hombre adecuado para el trabajo.

Con ese fin, la próxima semana daré un cóctel para los candidatos que he seleccionado y me gustaría que tu mujer y tu vinieran.

J.P. pensaba que aún estaba casado. El pensamiento lo había dejado aturdido unos momentos.

Fue en ese instante cuando comenzó a tener claridad sobre la verdad de algunas cosas.

La referencia de J.P. de disponer de alguien al timón que no temiera el compromiso adquirió una nueva claridad. La política a favor de la familia que llevaba la empresa también había adoptado una definición más nítida.

Desde luego, tendría que haber planteado la verdad en ese momento y haberle comentado a Juan Pablo que desde que solicitó el trabajo y rellenó los impresos su esposa lo había abandonado. «Soy un padre soltero». De cualquier modo, su estado civil no tenía nada que ver con ellos ni afectaba su manera de trabajar. Su vida estaba bien ordenada y relativamente libre de estrés.

¿Conveniencia o Amor? (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora