Capítulo 5

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—Tienes dos mensajes en el contestador —comentó Paco mientras Cecilia preparaba café.

—Aprieta la tecla de «Play» —instruyó ella. Lo hizo y la voz de una mujer llenó la habitación.

—Lamento no haber contestado antes, Ceci. Me encuentro bien; por favor, no te preocupes por mí.

—Es mi madre —informó, regresando al salón con una bandeja.—Es una experta en minimizar las cosas; no se encuentra bien en absoluto.

Terminó el mensaje y comenzó otro. En esa ocasión era la voz de un hombre.

—Te marchaste sin decir adiós —acusó.—Fue estupendo verte de nuevo, Ceci, y hablaba en serio sobre lo que te dije. Llámame.

—Trabaja deprisa — Paco reconoció la voz de Jorge Wesley—. ¿Cómo consiguió tu número?

—Debía tenerlo del año pasado —repuso Cecilia.

—¿Tiene también tu dirección?

—No. Me trasladé después. La observó servir el café y notó que su mano no estaba muy firme.

—¿De qué se disculpaba?

—¿Qué? —el café salpicó sobre uno de los platos—. Lo siento, iré a limpiarlo —alzó la taza con el plato y se dirigió hacia la cocina.

—Me dijiste que se disculpaba por algo del pasado —continuó él imperturbable en cuanto ella regresó.

Quería saber qué sentía hacia ese tal Jorge.

—Creo que tenía algo que ver con el hecho de que estaba prometido conmigo mientras se acostaba con mi mejor amiga —expuso con voz firme.

—¿Jorge Wesley era tu novio? —pareció sorprendido—. Oh, diablos, Cecilia, lo siento. No lo sabía.

—Está bien.

—Debió ser una velada muy incómoda para ti...

—Bueno, he de reconocer que fue una sorpresa verlo después de tanto tiempo.

—¿No lo veías desde la ruptura?

—Creo que lamentaba en serio lo que me hizo pasar, y se alegró de disponer de la oportunidad de decírmelo.

—¿Sigue con tu amiga, esa que te traicionó?

—No —suspiró—. En su momento afirmó que había sido un error, que solo había sucedido una vez. Que aún me amaba —durante un momento la voz le falló.—Pero no lo creí.

—¿Y ahora quiere reanudar la relación donde la dejaron?

—No. En absoluto. Te lo dije, solo me ofreció un trabajo. No sé si era su modo de intentar suavizar lo que pasó o de verdad pensaba que el puesto era perfecto para mí.

—Imagino qué puesto tenía en mente —soltó con tono seco.

—¡Paco!

—Lo siento —la observó—¿Cómo te sentiste al volver a verlo?

—Fue una sorpresa. Oye, ¿te importa si dejamos de hablar de esto? Preferiría olvidarlo.

—Claro —asintió. Pero quería saber más, qué pensaba, qué sentía. Luchó contra la tentación. Después de todo, no era asunto suyo—No quiero hacer preguntas incomodas —murmuro.— Sé lo que se siente cuando una relación amorosa sale mal.

—Sí, supongo que sí.

—¿Crees que es posible que aceptes el trabajo?

—No me lo parece. Además, no tienes que preocuparte de él, Paco —movió la cabeza—. Sí, conoce a tu jefe, pero no me da la impresión de que vaya a comparar números de teléfono para ver si el tuyo es igual que el mío. Creo que nuestro secreto, se halla a salvo.

¿Conveniencia o Amor? (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora