¡AYÚDAME, HYUNG!

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No puede ser, no puede ser, no puede ser, ¡no puede ser!

Al fin pude obtener una cita, ¡y con la chica de mis sueños!

Jamás pensé que este día llegaría; y ahora que ha llegado, no sé cómo sentirme.

No pensé llegar tan lejos, en realidad; puede que sea ese el motivo.

Es que, verdaderamente, todo pasó tan rápido, de forma tan espontánea, que aun no entiendo bien lo que hice.

—Ji Eun noona —le había dicho a la que, prácticamente, ha sido mi amor platónico desde que inicié la preparatoria—, ¿tienes algo por hacer el sábado? —Me armé de valor para preguntar.

—Creo que no. Este fin de semana estoy libre —me miró con una ceja enarcada—, ¿por qué? ¿Quieres que hagamos algo?

Ahí, mi corazón empezó a bombear como nunca antes, con entusiasmo.

—No sería mala idea —en todo momento, mantuve un rostro serio y me mostré como tal.

—Bien. Hay que ir al parque a caminar un rato, y después podemos ir al cine. Te mandaré mensaje para la hora y el punto de encuentro.

¡Sigo sin poder creer que al fin lo obtuve!

Continúo con mi camino hasta llegar a la cafetería del instituto, donde busco la mesa en la que mis amigos se encuentran comiendo. Al encontrarla, me acerco a ésta, pero con lentitud, ocultando la felicidad que me carcome de pies a cabeza lo mejor que puedo.

—Jung Kookie está aquí —informa Jin en cuanto me ve, y todos ponen su mirada en mí.

—Quiero saber qué te ha dicho Ji Eun —mientras Ho Seok habla, yo tomo asiento en la mesa, haciendo un puchero, fingiendo tristeza.

—Oh, Jung Kookie, lo siento mucho —dice ahora Ji Min, haciendo la misma cara de pena que los otros cuatro.

Ahí, no puedo evitar reír, haciendo que todos cambien su semblante a uno de confusión.

—¡Me dijo que sí! —Grito con alegría, contagiándoselas a los demás.

Aww, nuestro Jung Kookie al fin está creciendo —comenta Tae Hyung—. Parece que fue ayer cuando apenas planeaba como pedirle a Ji Eun que tuvieran una cita.

—Fue ayer, TaeTae —le digo, riendo.

—Me alegro mucho por ti, Kookie. Ya era tiempo que sentaras cabeza con alguien —habla Nam Joon.

—Sí... lo mejor es que será con mi amor platónico; ¡¿no es eso increíble?! —Los demás ríen, mostrándose contentos por mí.

A excepción de uno que, después de mantenerse callado y sereno, es el que habla a continuación:

—¿Cómo estás tan seguro que será tu novia después de esa cita? —Yoon Gi se mostró desinteresado en el tema desde que comencé a hablar de éste, y su tono de voz me lo da aún más a entender.

—¿A qué te refieres? ¿Piensas que no puedo gustarle o que soy poca cosa para ella? —Ataco, ahora comenzando a estar nervioso.

—No lo digo por eso —me responde—, sino por otra cosa.

—¿Cuál?

—Creo saber a lo que Yoon Gi se refiere —dice Tae Hyung—. No has tenido novia antes, Jung Kook; por lo tanto, tampoco has tenido ninguna cita con nadie. Eres un inexperto en este campo, y si no resulta como deseas por arruinarlo, será por eso mismo.

—Pero siempre hay una primera vez para todo, ¿no es así? —Pregunto.

—Sí; pero las citas a tu edad ya son otro nivel. Aún más tratándose de alguien como Ji Eun, que es tan malditamente perfecta conforme a su estructura, y que ha tenido citas con muchos chicos antes. Si haces algo que a ella no le parezca, puede botarte mucho antes de que lleguen a ser más cercanos, como a los demás —dice Jin, y ahí entiendo un poco.

Tenían razón, ¿cómo no se me ocurrió antes?

—Entonces, ¿qué hago? —Sueno desesperado; y es porque estoy comenzando a estarlo—. Solo tengo dos días para nuestra cita, no es como si pueda leer tontos tutoriales en internet sobre cómo no cagarla en la primera cita.

—A mí ni me mires; todas mis citas han resultado un completo fracaso —dice Ji Min rápidamente.

—Lo que dijo Ji Min, por dos —habla esta vez Ho Seok.

Miró a todos los demás, tratando de ver el apoyo en mis amigos; pero todos esquivan mi mirada como si de Medusa me tratase.

Es entonces cuando un foco imaginario aparece encima de mi cabeza, encendiéndose, pues una idea algo descabellada me llega a la mente.

—Hyung —llamo, y al único que le llamo por sólo ese honorífico levanta su vista de su comida, prestándome atención—. Creo que eres el único que me queda. Ayúdame, hyung.

A Yoon Gi hyung, desde que nos conocemos, nunca me he armado de valor para llamarlo por su nombre —así como lo hago con Tae Hyung y los demás chicos—, pues siempre me repetía que era mayor que yo y que debía respetarlo por eso, a lo que sólo debía llamarlo por el honorífico «hyung»; aquello se me había quedado tan bien grabado, que después de muchísimos años aún no puedo llamarle «Yoon Gi» en voz alta como cualquier persona normal lo haría.

¿Por qué justamente lo elegí a él en lugar de quejarme con los demás por su cobardía? Porque hyung era conocido por todos en el instituto como el «conquistador de corazones»; no por nada estaba 100% seguro que alguien alguna vez en la preparatoria sintió algún tipo de atracción hacia él. Había tenido muchas citas antes de las cuales había hablado conmigo y los demás chicos; citas las cuales fueron totalmente exitosas, pero como es de esos que «busco una aventura, no una relación estable», para la chica que era su cita no resultó del todo bien; pero tampoco era como que se quejaran, pues ellas mismas decían que no podían odiar a alguien tan maravilloso como Min Yoon Gi.

Él era el indicado para enseñarme sus secretos para tener una cita y no fallar en el intento.

—¿Yo? —Pregunta, incrédulo, señalándose a sí mismo con su índice—. Estás loco si crees que lo haré.

—¡Vamos, hyung! —Comienzo con lo que sería mi humillante súplica—. Todos saben que eres un experto en las citas o cualquier cosa que tenga que ver con ello; no por nada, la preparatoria entera desea tener una contigo —bufo—. Después de que estos gallinas no quieren, no me queda más que pedírtelo a ti —hace una cara de enfado, pero algo me dice que está considerando lo que le estoy diciendo—. Jamás te pido nada, así que deberías darte una idea de que esto sí es importante —sigue habiendo un silencio odioso en la mesa, mientras los otros no involucrados miraban atentos—. Esto puede que defina el futuro de tu pequeño; ¿qué tal si es Ji Eun la indicada para mí y termino casándome con ella? —Aún no recibo respuesta, pero sí me gané una mirada de sorpresa en cuanto pronuncie el «tu pequeño»—. ¡Hyung...!

—¡Está bien, está bien! —Dice, mostrándose harto de la situación—. Te ayudaré para tu estúpida cita.

No puedo evitar chillar de emoción al escuchar aquello. Me levanto de mi asiento para ir hasta dónde Yoon Gi está sentado en la mesa y así poder abrazarlo por la espalda, moviéndome de derecha a izquierda, sólo para tratar de fastidiarlo un poco.

—¡Gracias, hyung! Te debo una muy grande —le digo.

—Suéltame; me sofocas —cuando dice eso, lo suelto de inmediato, con mis mejillas sonrojadas ante el claro regaño.

—Lo siento —hago una ligera reverencia con la cabeza, pero toda mi seriedad se va al caño cuando comienzo a dar saltitos en mi lugar por la emoción.

¡Mi cita será perfecta con la ayuda de Yoon Gi hyung!

HYUNG!| ʸᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora