CAPTULO 15

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La alarma sonaba sin parar, avisándome más bien gritándome que ya eran las seis de la mañana, la apague, tenía ese típico cansancio después del sexo, pero sin duda el mejor cansancio del mundo, Tristán dormía, bese su espalda tonificada, estaba durmiendo boca abajo y me levante.

Me bañe con una gran sonrisa de niña boba, ¿qué significaba esto ahora?, ¿debía dejarme llevar sin miedo a los corazones rotos o debía parar todo aquí?

Era una pregunta muy fuerte para formular una buena respuesta a esta hora y menos sin saber si podría seguirla.

Me vestí con una falda negra entubada, pantis negras, tacones aguja, blusa blanca con un corbatín colgante y bléiser negro, arregle mi cabello, Tristán despertó con el sonido del secador, entro al baño y salió en diez minutos, me sonrió se acercó y beso.

Pude admirar como cubría cada centímetro de su exquisito cuerpo. me imaginaba tantas cosas que hacerle con mi boca.

- espero lo hagas. - trague saliva y lo mire, ¿a qué se refería?, es que acaso puede leer lo que pienso.

- ¿qué quieres que haga? - entrecerré mis ojos esperando su respuesta.

- lo que ronda en tu cabeza.

- ¿y cómo sabes lo que ronda en ella?

- tu cara de pervertida lo refleja. - reí con él, me había pillado.

Me llevo hasta mi oficina, suspire hasta agotarme, era suficiente, algo pasaba aquí. ¿Por qué me había pedido matrimonio?, eso es insano en tan poco tiempo, ¿porqué de pronto se muestra tan cercano?, el tema del matrimonio no era un gran tema para mí. Siempre me preocupe de trabajar y estudiar llegar hasta aquí me costó mucho y estaba orgullosa de mí. Mi familia era humilde y había aprendido a trabajar desde pequeña, mis sobrinos eran como mis hijos, ellos reemplazaban los que no tenía, el tener hijos tampoco era un gran tema y pensando en eso tendría que ver la forma de cuidarme, Tristán no se había protegido y yo no utilizaba métodos anticonceptivos porque siempre había tenido la idea de que no podría procrear engendros. No estaba preparada para ser madre, pero en el fondo mi lado maternal siempre amenazaba con acribillarme. Pero no lo dejaba excepto con mis peques.

Tenía periodos muy irregulares y los años en que practique sexo sin condón jamás había quedado embarazada, después de terminar una relación de años, había optado por condón y así no tendría que preocuparme de tomar la pastilla cada día, así mi cuerpo estaría sano.

Encendí mi pequeña radio, busqué mi transmisora favorita, era roquera y me encantaba. Me gustaba a la antigua, oír a los locutores contando historias acerca de mis músicos favoritos o de que en realidad significan las letras que amaba, esos detalles y anécdotas que uno no siempre conoce, también a veces me da por programar una play-list.

Pasaron días y me seguía formulando las mismas preguntas, no había querido enviar mensajes y creo que él tampoco a mí. Sentía que me estaba volviendo loca así que decidí por votar esas tensiones corriendo.

- ¡Dios! - frene en seco - aaah!!! - grite de nervios y espanto, Tristán estaba con una mujer en un café, los divise mientras corría, mi grito hizo que todos miraran, yo sudando, con la adrenalina en mis venas, ya no había forma de salir de ahí.

Trate de seguir mi camino, pero ya era tarde.

-Amanda...

- Tristán...- le asentí, mi respiración era agitada, llevaba una hora corriendo y encontrármelo con esta mujer rubia, parecía que la acababan de sacar de su envase de Barbie Hawái. Hizo que los nervios me estuvieran a punto de salir como astillas, amenazando el cuello de la blonda y el guapo.

- Antonia, te presento a aman...- ¡no puede ser!

- Amanda...Antonia un gusto. Disculpa debo retirarme, que estés bien, Tristán. - asentí en modo de despido y corrí como nunca antes, casi como Jasón Bourne, solo vi la maldita cara de Tristán, tensándola, a la blonda no pude observarla.

habían pasado algunas semanas desde que paso su momento de delirio, de un momento a otro dejo de hablarme y no quise seguir detrás de él como una boba, y ya veía por qué no siguió si la blonda seguro lo debía dejar cansado y sin energías. Corría y corría no había limite, ya no salía con Ryan y casi no lo veía por qué debía viajar mucho, había un nuevo proyecto y quizás tuviera que instalarse en otra ciudad por un tiempo. Eso me ponía algo triste porque lo extrañaría mucho.

Algo raro sucedía con él, porque era como si me evitara, pero según mi amigo era por la demanda laboral a la que se exponía.

Tristán era un caso aparte, en el que trataba de no pensar, era un maldito, enserio que no volvía caer en esas malditas garras de manicurista cara.

Terminé de correr por que ya no podía más y comencé a saltar como niña haciendo berrinches. ¡Maldito! No es que lo estuviera esperando, ¡pero ya estaba saliendo con otras!, ¡Aaagghhh! ¡No sé por qué quería matarlo!, me apoye en mis rodillas y me obligue a respirar, contemos 1...respiro...2...boto...3... Respira...cuando ya estaba respirando normalmente, lleve mis manos a mis caderas y volví a gritar.

- vaya que genio... - Un tipo desconocido pasando por mi lado en la calle.

- vaya idiota...- fulmine su espalda, porque siguió su camino. Trote algo más tranquila hasta mi hogar.

¡Hogar dulce hogar!

Me deje caer en mi sofá, pero me levante enseguida antes que el sueño me consumiera.

Tome una ducha, ahora si podía dormir, limpia y seca. Pero mi cabeza comenzó a maquinar, Ya no iba a fiestas, estaba cansada de eso, no quería ver a Tristán, harta de pensar en él todo el maldito día. Algo me hacía tener la cabeza al cien por ciento sumida en la necesidad de verlo y sentir cerca.

Algo debía hacer, necesitaba un respiro, mi móvil comenzó a vibrar.

Era un mensaje:

"¿que fue eso?, ¿Estas bien?"

Don "te follo cuando quiero y después me esfumo", preguntándome como estaba.

Le conteste de inmediato.

"perfectamente, gracias"

Deje mi móvil lejos de mí en modo vibración, me estaba volviendo dependiente nuevamente a él, no lo hacía desde mi ex.

¿Y  si fueras tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora