CAPÍTULO 20

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Wang Yibo.

Los días en Japón parecían de nunca acabar, la gira marchaba de viento en popa, el cariño y el amor de los fans hacían que las presentaciones salieran perfectas, estaba exhausto pero todo valía la pena por verlos felices, antes de cada presentación observaba la fotografía de Mamá y de Jie Shan, me daban fuerza me hacían valiente y feliz por tenerlas en mi vida, ellas hacian que mi vida fuera más fácil.

Mi próximo concierto sería en la tarde estaba recostado en la cama de la Suit que mi agencia reservo, dormí mucho ya que el concierto terminó a las 5 al abrír los ojos, mire hacia el reloj y pude ver que eran las doce del día, me levante de la cama, ya que se me haría tarde para enviarle el regalo a Jie Shan desde que vine aquí, a pesar de que solo ha pasado una semana, no podía estar tranquilo sabiendo que ella podría pensar que estoy jugando con sus sentimientos, o aún peor que olvidara mis promesas, no permitiría que utilice eso de pretexto para alejarse de mi.

Fui a asearme, al salir termine de vestirme cubriendo mi rostro adecuadamente dado que si me veían no podría cumplir correctamente con mi labor, guárde mi móvil junto a mis llaves en el bolsillo del saco y salí de la Suite, tomé el ascensor, me despedí de él recepcionista, camine hasta la cochera encendí la moto y subi en esta, emprendí la marcha  hacia un  gran Vivero a las afueras de la ciudad.

Lo había encontrado por casualidad el día en que llegué, ya que Bo y el equipo del Staff no encontraban el Lugar donde me hospedería por lo que dimos una y otra vuelta, estaba mareado por lo que decidí caminar bajo la supervicion de Bo, entonces me detuve al ver lo que parecía ser un vibero con luces encendidas que captaron toda mi atención, los alrededores estaban muy bien ambientados y las flores se veían preciosas, muy bien cuidadas, una Mujer de unos 60 años en promedio se acercó a mí con curiosidad, la salude y le conté sobre ella ¿no debi decircelo? pero esa mujer me genero confianza, tenía un aura cálida, me dio una taza de chocolate caliente, me aconsejo y me ayudo a escoger el regalo ideal. Nos despedimos al cabo de unas horas, desde aquel día he venido todos estos días para saludarla y elegir una flor hermosa.

Llegue al cabo de una hora y media, estacione la moto en frente y entre observando las flores, el aroma a chocolate caliente inundaba el lugar, la señora se acerco mientras ponía las tazas en la pequeña mesa que se encontraba en el centro.

—Muchacho, otra vez por aquí, creí que ya no vendrías.—me sonrié.

—Buen día Señora, me desvele ayer por eso me quedé dormido.— dije haciendo una reverencia

—Entiendo, nada que una taza de chocolate, no pueda solucionar.

Ambos nos sentamos

—Su chocolate es muy agradable.—le doy un sorbo a la taza.

—Te enseñare a prepararlo, Vienes todos los días desde que llegaste aquí, es muy alejado de donde vives.—habla un poco preocupada.

«No creo que sepa quién soy»

—No dejaré de venir hasta el día en que me vaya, debo entregarle algo cada día para que no me olvide.—sonrió como un tonto al pensar en ella.

—Incluso una vieja como yo no podría olvidar a un muchacho tan buen mozo como tú.—alza las cejas antes de darle un sorbo a su bebida.


—Llevaré  rosas y girasoles.—rió ante su comentario.

HOTEL NEW WORDL (WAN YIBO - TÚ - XIAO ZHAN )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora