Jaemin daba fugaces miradas hacia el rubio sentado frente a él. Jeno mantenía la cabeza baja con la mirada fija en su plato de comida mientras jugaba de ella, podía notarse que el mayor estaba incómodo y no tenía ánimos ni siquiera para comer.
Jaemin no podía quitar sus ojos de encima del rubio, incluso por más que quisiera hacerlo, simplemente no podía y mucho menos cuando su chamarra accidentalmente se alzó un poco, dejando ver unas cortaduras en sus muñecas, recién hechas.
El peliazul frunció su ceño y regresó la mirada hacia su cena, comiendo silenciosamente mientras escuchaba la plática entre sus padres y los de Jeno.
Después de que la cena terminará y ayudará a llevar los platos hacía el fregadero junto a Jeno, JinYoung fue por el pastel de cumpleaños que hizo para su esposa, Jisoo.
Le cantaron, se tomaron algunas fotos y finalmente partieron el pastel para comer un poco de ello. Sus padres halagaron a JinYoung por el delicioso pastel y no lo iba a negar, el padre de Jeno cocinaba exquisito, literalmente todo lo que ese hombre hiciera, de alguna u otra forma tenía buen sabor.
Cuando todos ya se encontraban sentados en algún sofá la sala, Jisoo anunció que abriría sus regalos, todos asintieron con una sonrisa, excepto su único hijo que la detuvo.
—¡Mamá, espera! —Habló el rubio, recibiendo la mirada confusa de su progenitora —Yo aún no te he dado mi regalo —Jeno hizo un puchero con sus labios, haciendo sonreír a su madre.
—Está bien, ve por el, cariño.
Jeno asintió y se fue rápidamente hacia su habitación en buscar del regalo para su madre.
Jaemin lo miró irse, mordiéndose fuertemente su labio inferior para levantarse de su lugar, recibiendo las miradas de sus padres y los de Jeno. Enseguida poniéndose nervioso, bajo la mirada mientras buscaba de alguna excusa para ir por el mismo camino en el que Jeno se había ido.
—¿Me presta su baño, por favor?.
—Claro, cariño —Jaemin mira a la madre de Jeno sonreírle dulcemente, sintiendo sus mejillas rojas de la vergüenza —Ya sabes donde es —Dice y Jaemin asiente, comenzando a dirigirse hacia el “baño”.
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Jeno buscaba la caja de color rosado por toda su habitación. No la encontraba por ningún lado y ya empezaba a frustrarse por no recordar donde la había dejado, después de comprarlo junto a su padre cuando lo acompaño al centro comercial.
Soltó un suspiró y rendido, se dirigió hasta su mochila tirada a un costado de su cama, tomándola entre sus manos mientras se sentaba en la punta de su cama para revisarla como última esperanza.
Una sonrisa se formó en sus labios cuando la bendita caja rosada se apareció en su visión, apenas abrió su mochila. Jeno la tomó entre sus manos, dejando su mochila sobre su cama y dirigiéndose hacia la puerta de su habitación para regresar de nuevo hacia la sala y darle su regalo a su madre.
Su mano se posó en la perilla, girándola y abriendo la puerta de su habitación. Sus ojos se abrieron enormemente por la sorpresa, parando en seco y haciendo más fuerte el agarré de sus manos en la caja.
Su mirada se cruzó con la del peliazul, poniendolo nervioso. Jaemin dio un paso hacia adelante para acercarse hacia Jeno, pero él retrocedió dos pasos hacia atrás, asustado.
Jaemin formó una mueca en sus labios, acercándose hacia el rubio y tomarlo rápidamente de la muñeca, haciendo que este se quejará un poco de dolor.
Con su otra mano, Jaemin alzó suficientemente la chamarra de Jeno como para no saber que las cortaduras de iban de sus muñecas seguirían hasta sus brazos.
—¿Por qué lo hiciste? —Pronunció, manteniendo su mirada fija en la muñeca del contrario, sin embargo Jeno no fue capaz de responderle —Dijiste que no lo volverías hacer... Tú me lo prometiste, Jeno... —Murmuro, alzando la mirada para mirar fijamente hacia los ojos del más alto. Pero Jeno no fue capaz de mantener la mirada, desviandola hacia un lado, evitando a toda costa la de Jaemin.
Quería gritarle en la cara y decirle que lo había hecho por su culpa, realmente deseaba hacerlo, pero las palabras simplemente no salían de sus labios. ¿A caso estaba preocupado por él? Imposible, Jaemin no sentía otra cosa más que rencor y odio hacia él, desde su pelea.
Reuniendo todo su coraje, Jeno apartó la mano de Jaemin de su muñeca, haciendo que el menor lo mirará sorprendido por sus acciones.
—No es de tu incumbencia, Jaemin —Respondió fría y secamente el rubio, haciendo que el peliazul sonriera incrédulamente y mirará hacia un costado.
—Increíble... —Susurró —¿Fue por lo de la cafetería? —Preguntó, regresando su mirada hacia él.
—¿Y aún así lo preguntas? —Dijo con un tono de voz enojado el rubio.
Jeno no quería iniciar una pelea con el menor y mucho menos en el cumpleaños de su madre, por lo que simplemente decidió ignorarlo e irse de ahí, dejando sólo a Jaemin.
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Agridulce [NoRenMin]
FanfictionNa Jaemin y Lee Jaeno se conocían desde que tenían uso de razón. Sus padres son muy buenos amigos, pero ni así ellos podían encajar y todo eso cambia cuando se enamoran del mismo chico. ✓ Pareja principal NoRenMin ✓ Mención de otras parejas