T2-3-Retorno

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Estaban en el suelo, con heridas muy graves, ni siquiera Gajeel en aquella forma pudo hacerle frente a ese monstruo. Avanzaba con una macabra sonrisa en su rostro mientras que sus ojos parecían que han perdido la poca humanidad que quedaba en este.

—Salamander...¿alguna idea?—preguntó herido y ya en su estado normal.

—Hay...que darle más tiempo...

—Mi padre Acnologia era el más poderoso...pero yo...yo le superaré—soltó una gran carcajada.

Aunque le habían dado bastante tiempo a Mystogan, el hechizo llevaba más tiempo de lo que en un principio iba a ser. Al contener tanto poder, el mago por si solo tenía que concentrarse mucho para poder realizar con las palabras adecuadas.

—Estamos muertos...no puedo ni moverme—dijo el dragon slayer de fuego.

Un rayo blanco paso cerca de ellos destrozando todo a su paso. 

—¿Gildarts?—Natsu tenía hasta lágrimas en los ojos.

—Si, ¿puedo unirme?—preguntó con su sonrisa.

—¿Quién eres?.

—Tu padre me hizo un buen regalo—contestó enseñando sus extremidades arrancadas en el pasado por el dragón oscuro.

—Entonces yo remataré la faena—dijo en un tono feliz.

—Eso lo veremos.

Ambos colisionaron sus puños, el pelirrojo comenzó a ganar terreno pues se notaba mucha experiencia en distancias cortas. Luego de su mano, una magia blanca hizo que el oponente saliera disparado hasta un árbol que partió en dos.

—Esperaba un poco más—dijo decepcionado.

—Solo estoy calentando—ya en pie volvieron a la carga.

Natsu y Gajeel se alejaron unos pasos para ver el brutal combate que se estaba llevando a cabo. Golpe tras golpe, patadas, puñetazos...¡incluso algún cabezazo!.

Tras una fuerte colisión, ambos se separaron una gran distancia. Justo cuando iba a atacar el pelirrojo, una brillante luz cubrió al enemigo. Este miró el suelo, unas grandes cadenas volvieron a sostener fuertemente todo su cuerpo. Pero ahora surgieron otras tantas para enroscarse por todo su cuerpo.

—Esta vez...no hay escapatoria—dijo.

El cuerpo del mago poco a poco fue convirtiéndose en piedra ante la mirada aterrada de este. Intentó al igual que antes, elevar su poder para romperlas pero con resultado distinto ya que cada vez era menos su movilidad.

—Se acabo—y ante la mirada de todos, fue convertido en piedra—esas cadenas succionan todo tu poder y energía vital.

Ahora solo era una estatua que Gildarts no tardo en hacer añicos para asegurarse de que estaba derrotado. Mystogan cayo desmayado por la enorme cantidad de poder empleado y Gildarts los llevó a todos de regreso y de paso les contó que Jenny se recuperaría para alivio de Natsu.

Wendy curó un poco a los tres con su magia. La tormenta había pasado y ahora estaban sanos y salvos. Natsu se quedó mirando todo el lugar, echaba en falta a Erza. Realmente quería que ella regresase, era imposible aceptar su marcha.

—Natsu, ¿quieres agua?—preguntó Lucy extendiendo la mano.

—Gracias.

No dejaba de darle vueltas a todo, estaba tan cansado que solo se tumbo a la sombra para poder dormir un buen rato, tal  vez así...se despertaría sabiendo que todo no había sido más que una horrible pesadilla.

Despertó al cabo de un par de horas, todos estaban ya recuperados, incluida Jenny a quien este abrazó dando las gracias por no haber muerto. Ella solo correspondió el abrazo.

—Lo siento...todo es mi culpa—dijo.

—No, nada eso Natsu—dijo roja.

—¡Demos una gran fiesta para celebrarlo!—dijo Gray.

Y como no, dieron una enorme fiesta en aquel lugar a pesar de que no estaba construido del todo el gremio. Gajeel cantaba su canción siendo abucheado ante el resto de personas quienes decían que le dolían los oídos.

—Natsu, ten—dijo Jenny pasando a este unos aperitivos hechos por ella misma.

—Gracias—dijo saboreando unos cuantos—están muy buenos—sonrió haciendo sonrojar a la joven.

Entonces se percató de algo.

—¿Ocurre algo Natsu?—preguntó Lucy al verle así.

Jenny también lo preguntó.

—Esta aquí—contestó.

—¿Quién?—preguntaron.

Las puertas del gremio se abrieron dando paso a una figura familiar. Era Erza, vestida con un atuendo poco habitual en ella, una túnica azul cielo y con la marca de otro gremio.

—¡Es Erza!, ¡ha regresado!—todos alzaron sus copas celebrando entre lágrimas.

La maga solo avanzó con timidez, estaba mirando a todos lados, sentirse tan observada la hacia sentir incómoda.

—Bienvenida de regreso a casa...Erza—dijo Makarov con una sonrisa.

—Quiero hablar con el maestro.

—Soy yo.

—¿Podríamos hablar en privado?, ¿por favor?—se empezaba a poner nerviosa.

—Claro.

Ordenó a todos que siguieran con la fiesta mientras ambos hablaban en un lugar bastante apartado. Mirajane se quedó como guardia para vigilar que nadie salvo ellos, pudieran estar tranquilos. Todos festejaron que estaba de regreso.

Natsu se mostraba preocupado y miraba su bebida, sin beberla. No tenía muchas ganas, solo quería tomar a la maga y darle un gran abrazo mientras las cosas regresaban a ser como antes. Jenny le daba un pequeño masaje para apoyarle.

No se supo exactamente cuanto tiempo estuvieron hablando, para el dragon slayer de fuego fue una eternidad hasta que finalmente los vio aparecer. Debido a la magia de Makarov, creó una barrera mágica para evitar que estos pudieran escucharlo gracias a su oído de dragon slayer.

—Maestro, ¿qué ocurre?—preguntó este enseguida.

—Erza necesita nuestra ayuda, sus amigos están en peligro. Y no, no vuelve como miembro del gremio...—ella agacho la mirada—pero para nosotros sigue siendo familia. Y a la familia se le ayuda así que...¿quién quiere ayudarla?.

Enseguida todos levantaron sus manos aunque al decir que era peligrosa, bajaron enseguida. Todos salvo varias, la de Natsu, Gray, Wendy y compañía.

Ella se acercó hasta estos para agradecerles.

—¿De verdad vais a ayudarme?—preguntó con lágrimas—mi novio también puede estar en peligro de morir.

—Si...te ayudaremos—dijo despacio pero seguro el mago.

—¡Gracias!—le dio un gran abrazo mientras lloraba.

Pero esta vez...Natsu no correspondió el abrazo...había algo por dentro que le quemaba por muy increíble que le pareciera, era un fuego que no se podía apagar...sentía una gran pena y dolor, algo que le impedía mover sus brazos. Pero entonces, sus brazos se alzaron, era Jenny quien le le hizo hacerlo. Y Erza abrazó más fuerte a Natsu quien sintió como ese dolor...iba disminuyendo.

Ahora, tenía la misión de ayudar a la mujer que amaba mientras que otra persona sentía que había hecho lo correcto. Lucy se fijo en ella, tenía una sonrisa, aunque falsa ya que seguramente estaba destrozada por dentro al ver como perdía al amor de su vida. Aunque ese momento solo fue visto realmente como un acto de amor por parte de la maga celestial, fue un gesto que tendría su gran repercusión en un futuro no muy lejano.

Continuara...

El amor de TitaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora