T2-6-Retorno al hogar

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Con toda la rabia de su cuerpo, no dudo un instante en ir  contra ellos. Ya había escuchado suficiente mierda contra Erza y primero se encargó de unos pocos que estaban cerca del novio de la pelirroja. Este, al verle, se cabreó. No porque hubiera descubierto la verdad de lo que pretendía hacerle a su novia, sino que todo su plan de hacerse rico se iba a ir por el desagüe.

Ambos se enzarzaron en una gran pelea, aunque estaba claro que con la rabia y su poder, Natsu no tardó apenas unos pocos minutos en ganar terreno y la pelea. Comenzó a golpear con su puño el rostro de este, uno, otro, otro y otro iban cayendo como un trueno...hasta que se detuvo.

—Joder...¡joder!—dijo mirándose la mano ensangrentada.

Había empleado tanta fuerza, que tenía un dolor en los nudillos.

—Espero no volver a verte cerca de Erza—le dijo.

Se levantó agotado, había estado tan enfadado que gastó mucho poder, más de lo necesario. Ahora que estaba tranquilo y algo más relajado, todo ese cansancio se hizo presente.

Busco una cuerda y los dejó bien atados antes de avisar al Consejo Mágico. Ellos se encargarían de encerrarlos una buena temporada. Con un pañuelo, se limpió las manos de sangre y con otro más limpio, lo utilizó como vendaje.

Regresó a casa y se quedo tumbado, estaba cansado mentalmente. Toda aquella situación le podía, de un día para otro Erza esta viva pero no quiere regresar al gremio...le ha dicho que la quería y ahora no sabía la respuesta de ella...el pegar al novio de esta...eran tantas cosas que tenía un fuerte dolor de cabeza y cansancio. Nunca había sentido tanto estrés.

Jenny había elaborado un gran pastel y una buena comida para Natsu, no se iba a dar por vencida y se vistió de la manera más elegante posible. Cargada con todo, fue hasta casa de Natsu, aunque se perdió durante unos tramos ya que desde su casa era un poco difícil de situarse.

Toco a la puerta varias veces. Nadie respondía hasta que pasado un minuto, escuchó unos pasos cercanos y se abrió. Al ver su cara, se preocupo mucho.

—¿Qué te ha pasado?.

—Nada...solo...no es nada.

—¿Cómo que nada?—entró pasando por el lado de este y colocó todo en la mesa—te he traído algo de comer.

Natsu se sentó dejándose caer en la silla.

—Cuéntame.

—Esta bien...

No le quedo otra que explicar todo lo sucedido, Jenny maldijo por lo que hubiera pasado Erza, eran amigas al fin y al cabo. Natsu al ver la comida, empezó a babear, tenía mucha hambre.

—Estabas tan cansado que ni te has fijado—dijo esta con una sonrisa.

Empezó a sacar todo y Natsu no sabía por cual empezar.

—Buen provecho—dijo ella.

Jenny comió muy poco, disfrutaba viendo al mago comer su comida con tanta felicidad. Eso le hizo soltar un leve suspiro mientras imaginaba que era su esposa y le preparaba todos los días algo de comer y un pequeño niño le tiraba del vestido porque quería salir a jugar.

—Gracias por la comida—dijo este con una enorme barriga.

—No hay de que, tengo un pastel también—sacó del congelador y este se quedó fascinado.

—Buen provecho—dijo antes hincar el diente.

Mientras tanto, Erza había recibido la noticia de que su novio junto a otros que consideraba sus amigos habían sido encarcelados por tráfico de mercancía. Eso fue un duro golpe para ella que se quedo en casa encerrada llorando al saber todas las mentiras que le había contado su novio, más bien, ex-novio. Lloraba largamente y a moco tendido, ya al igual que Natsu, aquella situación comenzaba a superarla.

—¿En quien puedo confiar ahora?—se preguntó.

Tenía tantos buenos recuerdos junto a él que ahora...ya no significaban nada. Los viajes de este, las excusas para no poder quedar...todo cuadraba ahora...ahora que era demasiado tarde. Le dolía el pecho, la cabeza...el cuerpo...absolutamente todo. Sentía que su vida era un completo caos y solo le quedaba llorar hasta desahogarse.

—Que alguien me ayude—dijo rogando entre lágrimas.

No supo cuanto tiempo estuvo en aquella situación. Sólo que al recobrar la consciencia, tenía los ojos hinchados y rojos por haber llorado. Se lavo la cara y comió algo aunque no tuviese mucha hambre.

—Será mejor dar un paseo para despejarme—se dijo a sí misma tratando de animarse.

No supo como ni porque, pero cuando se dio cuenta a la media hora de caminar, se encontraba enfrente del gremio de Fairy Tail, todos los caminos le conducían allí...tal vez tenían razón, tal vez aquel era su hogar y era hora de regresar.

Al entrar, fue recibida con un gran saludo por parte de todos, como si nunca se hubiera ido. Todos y cada uno de ellos esbozaba una sonrisa, no era falsa, sino todo lo contrario, una sonrisa de sinceridad, especialmente la del maestro Makarov, como cuando un hijo regresa a casa.

—Bienvenida...Erza—Mirajane con una bandeja le daba la bienvenida con una gran y hermosa sonrisa—¿qué tal tu día?.

—Hola...hija—saludo el maestro.

—Hola Titania—dijo Laxus desde el piso superior y jarra en mano y unas sonrisa en su rostro.

—Hola Erza-san—saludo Wendy.

Erza rompió a llorar.

—Estoy...en casa—dijo antes de recibir un gran aplauso.

Erza...había vuelto a su verdadera casa...su verdadero hogar...por fin tras tanto tiempo, ahora sabía cual era su sitio.

Continuara...

El amor de TitaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora